En el mercado de futuros neoyorquinos, el pico fue US$ 61,70 por barril. El Brent nórdico londinense, últimamente adelantado al otro tipo, rozó máximas de US$ 62,65.
Problemas en refinerías, mantenimiento temprano –por influencia del caso British Petroleum en Tejas- y nuevas señales de alta demanda norteamericana para las vacaciones redujeron los inventarios 7% entre mediados de febrero y de marzo. En la última semana, bajaron 3.400.000 barriles.
Al punto, varios analistas sectoriales salieron a calmar las aguas. A su criterio, las refinerías superarán pronto las trabas y las importaciones desde Europa occidental (¿?) asegurarán abastecimiento normal. Para probarlo, suponen que –luego de la burbujita bursátil amagada el miércoles- la plaza petrolera suelte tener retrocesos ocasionales. En Londres creen que Reuters se equivocó: los crudos que necesite Estados Unidos provendrán de la Opep, no de Europa.
En el mercado de futuros neoyorquinos, el pico fue US$ 61,70 por barril. El Brent nórdico londinense, últimamente adelantado al otro tipo, rozó máximas de US$ 62,65.
Problemas en refinerías, mantenimiento temprano –por influencia del caso British Petroleum en Tejas- y nuevas señales de alta demanda norteamericana para las vacaciones redujeron los inventarios 7% entre mediados de febrero y de marzo. En la última semana, bajaron 3.400.000 barriles.
Al punto, varios analistas sectoriales salieron a calmar las aguas. A su criterio, las refinerías superarán pronto las trabas y las importaciones desde Europa occidental (¿?) asegurarán abastecimiento normal. Para probarlo, suponen que –luego de la burbujita bursátil amagada el miércoles- la plaza petrolera suelte tener retrocesos ocasionales. En Londres creen que Reuters se equivocó: los crudos que necesite Estados Unidos provendrán de la Opep, no de Europa.