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Esta inminente revisión de libros le crea al equipo de Barack Obama un dilema en casos como Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, etc. Las prueban tomarán varias semanas, mientras varios funcionarios adhieren a un mito de sapiencia convencional: “son demasiados grandes para caer”. <br />
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Pero existen antecedentes como Continental Illinois (1987), Bankers’ Trust (1998), Citibank (igual año) o BancOne (2004). En esos casos, se recurrió a fusiones para evitar colapsos. El producto de una de ellas (Citigroup) corre hoy riesgo de estatización parcial. <br />
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Mientras, aumenta la ansiedad por conocer detalles del nuevo plan del Tesoro para apuntalar el sistema financiero. Si bien ciertos aspectos recién se definirán en pocas semanas, este viernes el presidente adelantará algunas medidas. Sin esperar datos, Wall Street ha tachado de vago el programa. Quizá por ello, Obama la emprende contra los devaluados “amos del universo”. <br />
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Esta misma semana, Citigroup ha acercado a las autoridades un esquema que les permitiría convertir gran parte de las acciones preferidas en poder del Estado (US$ 45.000 millones), tratadas como deuda, en acciones ordinarias. El gobierno tiene casi 8%, que podría llegar a 40% del paquete.<br />
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Esa medida licuará severamente el valor de los títulos en manos de accionistas preexistentes. Con tiempo y respaldo estatal –o sea, plata de los contribuyentes-, el banco se pondrá de pie. Pero varios economistas serios y ejecutivos sectoriales afirman que algunos bancos ya son insolventes.<br />
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Analistas radicales creen que lo mejor sería estatizar ya esas entidades en peligro. El gobierno desplazaría a todos los accionistas e intervendría cada banco, al menos temporariamente, en vez de prolongar una trabajosa sobrevivencia, en tanto la economía sigue deteriorándose. <br />
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Las pruebas ácidas emplean computadoras para proyectar qué le sucederá a un banco en contextos depresivos. Por ejemplo, si el desempleo supera 10 a 12%, o la venta de viviendas cae otro 20%. Benjamin Bernanke (Reserva Federal) sostiene que eso es imposible, pero igual lo parecían la crisis hipotecaria o la actual crisis sistémica.</p>
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Mientras crecen las dudas, EE.UU. evalúa sus bancos
“Prueba ácida”, les decían antes a los actuales “ensayos de resistencia”. Los veinte mayores bancos comerciales del país serán evaluados para ver si aguantan –o no- futuras y peores turbulencias. Algunos no lo creen fácil.