La mayor compañía mundial de software aumentó 10% y marca el máximo en seis años y sus ventas en julio-septiembre superan en más de mil millones todos los anticipos del mercado. Fuera del reducto especulativo, pocos analistas serios pero muchos gurúes creen que CF –el primer prestamista hipotecario del país- haya superado un simple bajón en el tercer trimestre y ahora haya recobrado vigor. Pero esa fábula hizo que la acción saltase 17%, tras rozar 25%, guarismo increíblemente superiores al de Microsoft. Fue una burbuja individual, a contramano del sector inmobiliario.
En ese clima, el Standard&Poor’s 500 avanzó 1,38%, acompañado por el Dow Jones industrial (1%) y el Nasdaq compuesto. Éste recobró 1,94% sólo merced a Microsoft. Debe consignarse, empero, que la cartera global S&P 500 manifestó en julio-septiembre 0,8% de contracción media respecto de un año antes. Algún columnista local imaginaba un “efecto noche de brujas” hasta el jueves próximo.
Microsoft ascendió poco menos de 10% e hizo que el segmento de software en el S&P 500 subiese 3,7%. Los réditos netos se incrementaron 23%, a US$ 4.290 millones. Las ventas totales acumularon US$ 13.800 millones en el trimestre. Merrill Lynch, sumida en un conventillo interno, pudo avanzar un poco –dicen que por posibilidades de fusión con Wachovia- , en una plaza ávida de estímulos.
En otros mercados, la violencia en Nigeria, las tensiones con Irak y las amenazas turcas al Kurdistan iraquíi recalientan el fin de semana. Por un lado, el Brent nórdico (Londres) mantuvo su propio máximo, US$ 88,20, los tejanos intermedios, luego de tocar 92,30, se replegaba a 91 (de todos modos, récords). Por supuesto, en dólares constantes, el pico de hace 26 años sería hoy US$ 110. Fuera de control, la onza de oro alcanzó US$ 786, valor nominal a fines de enero de 1981. Como en el caso del petróleo, a moneda constante el precio debiera ser superior a US$ 2.000.
La mayor compañía mundial de software aumentó 10% y marca el máximo en seis años y sus ventas en julio-septiembre superan en más de mil millones todos los anticipos del mercado. Fuera del reducto especulativo, pocos analistas serios pero muchos gurúes creen que CF –el primer prestamista hipotecario del país- haya superado un simple bajón en el tercer trimestre y ahora haya recobrado vigor. Pero esa fábula hizo que la acción saltase 17%, tras rozar 25%, guarismo increíblemente superiores al de Microsoft. Fue una burbuja individual, a contramano del sector inmobiliario.
En ese clima, el Standard&Poor’s 500 avanzó 1,38%, acompañado por el Dow Jones industrial (1%) y el Nasdaq compuesto. Éste recobró 1,94% sólo merced a Microsoft. Debe consignarse, empero, que la cartera global S&P 500 manifestó en julio-septiembre 0,8% de contracción media respecto de un año antes. Algún columnista local imaginaba un “efecto noche de brujas” hasta el jueves próximo.
Microsoft ascendió poco menos de 10% e hizo que el segmento de software en el S&P 500 subiese 3,7%. Los réditos netos se incrementaron 23%, a US$ 4.290 millones. Las ventas totales acumularon US$ 13.800 millones en el trimestre. Merrill Lynch, sumida en un conventillo interno, pudo avanzar un poco –dicen que por posibilidades de fusión con Wachovia- , en una plaza ávida de estímulos.
En otros mercados, la violencia en Nigeria, las tensiones con Irak y las amenazas turcas al Kurdistan iraquíi recalientan el fin de semana. Por un lado, el Brent nórdico (Londres) mantuvo su propio máximo, US$ 88,20, los tejanos intermedios, luego de tocar 92,30, se replegaba a 91 (de todos modos, récords). Por supuesto, en dólares constantes, el pico de hace 26 años sería hoy US$ 110. Fuera de control, la onza de oro alcanzó US$ 786, valor nominal a fines de enero de 1981. Como en el caso del petróleo, a moneda constante el precio debiera ser superior a US$ 2.000.