Hay que seguir cuidándose y atentos a nuevas cepas y olas de contagios; pero hoy parecería que podemos mirar hacia atrás para analizar sus principales impactos y cambios que generó a futuro.
Por Sebastián Roncallo (*)
En ese ejercicio, todo lo que tenga que ver con el cuidado de la salud y la previsión, ha sufrido modificaciones, como no podía ser de otra manera luego del fuerte cimbronazo que implicó el covid en la vida de todo el planeta.
La pandemia claramente trajo aparejada una mayor conciencia en cuanto a la necesidad de protección. La gente se sintió más vulnerable, por lo que la protección familiar y societaria pasó a ser un tema de charla más habitual y a ocupar un espacio en nuestras prioridades.
Los seguros de vida, en ese punto, se encuentran en el centro de dicha previsión, y se comenzaron a analilzar con mayor atención a partir de la pandemia.
No se generaron nuevos productos puntuales, pero sí se tuvo en cuenta, lógicamente, la cobertura por muerte de Covid, que fue una consulta frecuente por parte de asegurados e interesados. Y lo otro que se observó es un mayor interés o consultas para contratar, en general, seguros de vida.
Baja demanda, pero en crecimiento
Así y todo, Argentina es uno de los países con menos penetración en la región, con respecto a productos de protección y retiro. Si bien año a año nos vamos acercando, lentamente, todavía estamos lejos proporcionalmente de países como Chile, Brasil, Colombia y Perú.
Es un tema cultural: en Argentina todo seguro que no sea obligatorio, tiene una menor penetración. En otros países del mundo, la gente primero asegura su vida, luego la casa y en menor medida su auto. En nuestro país pasa exactamente lo contrario.
La buena noticia es que la gente va tomando mayor conciencia de la necesidad de proteger a su familia y patrimonio. Al respecto, básicamente existen dos opciones de seguros de vida. En primer lugar los llamados temporarios, que son seguros vida puros, renovables a distinta cantidad de años.
Por otro lado, existen los seguros de vida con capitalización, en los cuales la cobertura es para toda la vida y además disponen de una cuenta de ahorro, que permite en el largo plazo poder dar de baja dicho seguro y recuperar gran parte de lo aportado.
En cuanto a la moneda, que no es un tema menor, los seguros de ahorro en Argentina permiten, a partir de un aporte en pesos, desarrollar un capital a futuro que sigue al dólar oficial. Dicho capital, al momento del rescate, se percibe en pesos al tipo de cambio oficial de ese momento.
En ese punto observamos que es una buena herramienta de ahorro, pensando en el retiro, ya que la realidad del sistema previsional nos obliga a pensar en soluciones complementarias para las jubilaciones futuras.
En síntesis, la pandemia ha puesto la lupa, entre otras cosas, en los seguros de vida, ante los riesgos inminentes del Covid, y eso ha generado mayor demanda en el sector, con diferentes alternativas de ahorro y capitalización, pero debido a una cultura poco aseguradora en ese segmento, dentro de nuestro país, el avance es aún lento en relación a otros países de la región. El camino por recorrer es aun amplio.
(*) Gerente General de Quore Vida y Ahorro, una empresa de Grupo Gaman .