<p>Ya el martes, el metal amarillo subía a US$ 1.672,80 por onza troy (31,104 gramos) con entrega inmediata. El miércoles cedía a 1.662. El jueves oscilaba entre 1.662 en Singapur y 1.670 en Londres y se proyectaba a US$ 1.673 en Nueva York.<br />
A esa altura, inversores y especuladores temían que los problemas de endeudamiento en EE.UU y la Eurozona en efecto desaceleran una expansión ya vacilante. Las tenencias del metal en mercado marcaban su propio máximo, 2.178,5 toneladas.<br />
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Entretanto, Japón se unió a Suiza adoptando recaudos para debilitar sus monedas. Ambos suponen que el euro y el dólar siguen vulnerables y, por ende, los mercados huyen al yen, el franco suizo, el oro y la plata.<br />
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Yoshihiko Noda, ministro de hacienda, reveló que su país vendía yen, tras rozar un récord de posguerra (noventa por dólar). Por su parte, el Banco Nacional (central) de la Confederación Helvética rebajó tasas de interés y anunció que aumentará la oferta de francos suizos, moneda que Berna estima sobrevaluada.<br />
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Algunos bancos de Hong Kong, por el contrario, creen que el oro quizá orille US$ 1.680 antes de promediar unos $ 1.560 este mismo trimestre. No obstante, Barclay’s Capital (en esa misma plaza) admite que todos buscan puerto seguros para capear las sucesivas tormentas.<br />
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Se explica, entonces, que en Nueva York el oro haya alcanzado picos de US$ 1.676. Ni este guarismo ni los antes señalados tienen antecedentes. Tampoco los tiene la plata, en máximos de US$ 42 la onza. ¿Y la recesión? Según el economista Martin Feldstein (Harvard), existe 50% de probabilidades de que se repita corregida y aumentada.</p>
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Más récords se esperan para el oro en lingotes
Básicamente, la demanda está activada por la recesión en las economías centrales. Oro y plata operan como refugios ante la depreciación del euro y el dólar. En tanto, se duda de que la Reserva Federal estimule una recuperación en Estados Unidos.