Luego de la sorpresiva devaluación del renminbi en la mañana del martes, decidida para reactivar la economía, el Banco Central de China intervino para estabilizar la moneda y llevar tranquilidad a los mercados. En la mañana del martes la moneda china había caído 0,8% frente al dólar, pero en las últimas horas de la tarde la caída se situaba en 0,3% por efecto de los bancos estatales que rápidamente salieron a comprar la moneda.
La devaluación apunta a impulsar las exportaciones y es la mayor fluctuación del tipo de cambio desde 2005, cuando las autoridades crearon el actual sistema de cotización del renminbi.
Algunos analistas dicen que, a diferencia de otras devaluaciones ocurridas durante este año, en las últimas semanas el renminbi cayó no sólo frente al dólar sino frente a una canasta más amplia de monedas que, según el banco central, era su tipo de referencia.
Se especula entonces si China no estará preparando una ampliación de la banda de flotación, dentro de la cual permitir que opere la moneda un 2% por encima o por debajo del tipo de referencia.
Beijing mantiene un fuerte control sobre la fluctuación de su moneda para evitar que “capitales golondrinas”, es decir entradas muy volátiles de inversores que salen abruptamente del mercado, puedan representar riesgos financieros que impliquen perder el control de su economía.
Esto ha hecho que el renminbi sea mucho más estable que otras monedas de grandes países emergentes, por lo que una ampliación de la banda en la que la moneda pueda operar a más de 2% sería un cambio de gran magnitud.
El presidente del Banco Popular de China, Yi Gang intentó calmar a los mercados en la página del banco. Atribuyó la debilidad del renminbi a un dólar fuerte y a una conducta de tipo “pro-cíclico”. Agregó que los fundamentos económicos de China siguen fuertes y que el flujo de capitales con el exterior está equilibrado.