A nivel sectorial aparecen importantes disparidades, con la mayoría de los sectores en terreno negativo. De hecho, en el primer cuarto del año la expansión estuvo explicada casi enteramente por los servicios, siendo el principal impulsor el financiero. Mientras que los sectores productores de bienes continuaron retrocediendo, afirma el director de abeceb.com, Dante Sica.
Aún cuando aparecen ciertos indicios de recuperación muy puntuales tanto por el lado de la oferta como de la demanda, la actividad económica local sigue sin consolidar un rebote claro.
Detrás de esta situación aparecen varios factores. Por un lado, que la suerte no jugó tan a favor como se esperaba, producto del escaso crecimiento de Brasil y de una campaña agrícola que no resultó tan buena. Pero también como consecuencia del esquema de política económica actual.
En particular, las restricciones a las importaciones han ocasionado dificultades en la provisión de insumos y bienes de capital, afectando la producción especialmente a nivel industrial.
A lo que se suma la incertidumbre ocasionada por el desarrollo de un mercado cambiario paralelo y por los constantes cambios en las reglas del juego.
Según nuestras estimaciones en abeceb.com, el PIB se habría expandido 1,2% interanual en el primer trimestre del año, tras dos cuartos con incrementos prácticamente nulos.
Mientras tanto, al analizar la performance de la actividad versus el período previo se observa incluso un deterioro, con un avance de sólo 0,5% (2,1% anualizado), en comparación con un incremento promedio de 1,2% trimestral (4,9% anualizado) en la segunda mitad de 2012.
Además, a nivel sectorial aparecen importantes disparidades, con la mayoría de los sectores en terreno negativo. De hecho, en el primer cuarto del año la expansión estuvo explicada casi enteramente por los servicios, siendo el principal impulsor el financiero (que creció nada menos que 9,3% interanual).
Mientras que los sectores productores de bienes continuaron retrocediendo, concentrándose las mayores caídas la construcción, la minería y la industria.
De todos modos, al analizar el comportamiento de diversos indicadores sectoriales para el segundo trimestre de 2013 puede advertirse –tal como se preveía- cierta recuperación.
Tal es el caso de la industria, que habría logrado retomar un sendero de expansión entre abril y junio, tras retroceder en los tres meses previos.
La suba fue impulsada principalmente por el elevado dinamismo del sector automotor, cuya producción se expandió un 30% interanual en ese período.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que 8 de las 12 ramas de la industria se mantuvieron en terreno negativo, lo que da cuenta que la recuperación no resulta generalizada.
Mientras tanto, la actividad de la construcción también comenzó a dar cuenta de una recuperación en los últimos meses -en este caso de magnitud-, tras un primer trimestre negativo.
El sector se expandió 9,3% interanual en abril-mayo (según el ISAC que confecciona el INDEC), con un aporte positivo de todos los bloques, y especialmente de las obras de infraestructura.
Mientras que los despachos de cemento también se recuperaron tras la caída registrada en marzo, lo que permite adelantar que la mejora en la construcción se mantendría en el corto plazo.
Por el lado de la demanda, el consumo continúa mostrando un comportamiento bastante errático.
Mientras que en supermercados las ventas avanzan a paso lento, las registradas en centros comerciales recién en mayo lograron recuperarse, luego de caer entre enero y abril.
Estos resultados son consistentes con el pobre comportamiento de la confianza del consumidor, que no logra crecer respecto a los niveles registrados en 2012.
Las ventas de autos, por su parte, se recuperan con fuerza de su retroceso en el primer trimestre del año, mostrando un avance de 20% en el segundo cuarto.
Aunque esto último refleja las propias distorsiones del esquema económico actual, que favorece el consumo de bienes durables dada la elevada inflación, y las escasas alternativas de ahorro producto del cepo cambiario y de la existencia de tasas de interés negativas en términos reales.
En el caso particular de la provincia de Córdoba, la actividad ha mostrado un repunte en lo que va del año, de la mano del sector automotor y del agro.
Aunque también se advierte, a nivel nacional, una mejora en sectores como el de maquinaria agrícola, que tiene una importante participación en la producción provincial.
Por su parte, al analizar lo sucedido en materia de consumo en la provincia se observa un leve repunte aunque sin delinear una tendencia clara en línea con el promedio nacional.
En este contexto, para lo que resta del año se prevé que la actividad económica doméstica mantenga la mejora observada en los últimos meses, en gran parte como consecuencia de una base de comparación interanual más baja, pero también gracias a cierta recuperación de la construcción, el sector automotor, y eventualmente alguna mejora en la actividad inmobiliaria producto del blanqueo.
Por el lado del consumo, también es esperable un repunte de corto plazo gracias al cierre de paritarias, el pago del medio aguinaldo y el gasto pre-electoral.
Sin embargo, la elevada incertidumbre, y las distorsiones impuestas por la política económica continuarán conspirando contra una recuperación más sólida de la actividad económica local.