Por Maximiliano Donzelli (*)
Los principales índices de Wall Street registran caídas superiores al 2% en los primeros minutos de la sesión. Por su parte, las bolsas de Europa se desploman entre un 3% y un 4,7% después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara una ofensiva y haya amenazado a los países miembros de la OTAN, advirtiendo que cualquier interferencia en la operación militar tendrá consecuencias.
Por su parte, en relación a las materias primas, el precio del barril de petróleo Brent se disparó un 8% hasta el nivel de los 105 dólares, el más alto desde agosto de 2014. A su vez, los commodities agropecuarios también reaccionaron de forma frenética luego de que fuerzas rusas lanzaran un ataque contra Kiev, la capital de Ucrania.
La soja subió un 4,6% hasta superar considerablemente la barrera de los US$ 600, el trigo 5,45% y el maíz 4,87% como resultado de los eventos.
En medio de las tensiones bélicas, el precio del oro también se disparó un 3% hasta el nivel de los 1970 dólares la onza, su valor más alto desde noviembre de 2020.
¿Cómo afecta esta guerra a los commodities?
Es importante destacar que Rusia es un país fundamental para el abastecimiento energético de Europa, de hecho, es un gran exportador de petróleo para varios países de la Unión Europea. Y en lo que refiere al gas natural, es el segundo mayor productor del mundo detrás de Estados Unidos, representando el 17% de la producción mundial.
Por si esto fuera poco, el 41% de las importaciones de gas natural de la Unión Europea son de Rusia.
Pasando a hablar de Ucrania, su principal aporte a los mercados se ve en lo que respecta a los cereales. El país es actualmente el octavo exportador mundial de trigo y representa aproximadamente el 12% de las exportaciones mundiales. A su vez, también es un gran productor de maíz, llegando a ser el quinto productor mundial con el 16% de las exportaciones a nivel global.
Ante un conflicto bélico, tanto el aporte de Rusia como el de Ucrania a estos mercados se vería muy comprometido, por lo que podría significar una escasez en la oferta de estos commodities y, por ende, un contundente salto en sus precios internacionales, algo que ya está sucediendo desde que comenzó el 2022.
(*) Jefe de Research de IOL invertironline