Llegar a la independencia financiera es un trabajo arduo que empieza muy temprano. Si la idea es llegar a los 30 con un bulto abajo del colchón, hay que empezar a planificar durante la adolescencia en particular a partir de los 20. No es tarea fácil, pero es útil conocer a los amigos y los enemigos de las finanzas personales.
Las tarjetas de crédito no son aliadas
Si bien prescindir totalmente de las tarjetas de crédito es una misión imposible, sí es recomendable evadir las deudas grandes de la tarjeta. Mucha gente elige vivir por encima de sus ingresos y el dinero plástico es la herramienta perfecta para ese cometido. La mala noticia es que genera un círculo vicioso de cargos financieros muy altos que a lo largo de los años pueden desembocar en una deuda que dificulta el ahorro. Cambiar el celular a un modelo nuevo, por ejemplo, puede significar un costo muy alto para ganar unos pocos píxeles de definición y un poco más de rendimiento. Podemos incluso hacer la prueba, está aplicación permite calcular cuanto nos costará en intereses ese gasto superfluo con la tarjeta. De todas maneras, siempre es más de lo aceptable si buscamos ahorrar.
Como un estudiante el día de primavera
Terminar con la educación formal superior no significa que tenemos que abandonar todos los hábitos de los estudiantes. Sin dudas es una buena idea empezar a tener ciclos de sueño normales, pero no necesariamente es una buena idea abandonar los hábitos de ahorro. No es necesario abandonar una residencia o un departamento compartido aunque ya no seamos estudiantes, si es un buen negocio podemos seguir viviendo con costos bastante menores a los de un alquiler en solitario. Lo mismo vale para los pequeños ahorros como viajar en transporte público o evitar las tentaciones innecesarias.Los buenos hábitos de ahorro son difíciles de asumir, ¿por qué abandonarlos sin más aunque aún sean redituables para la meta del ahorro?
Pensar en plazos cortos
Una buena forma de organizar el ahorro es dividirlo en plazos. Pueden ser de años o meses. La idea es manejar bien los gastos mes a mes para poder cumplir con la meta. ¿Necesitamos $100.000 para cuando tengamos 30? podemos dividir esa cantidad en segmentos de 6 meses y tenemos un número exacto que tenemos que alcanzar dos veces al año para poder llegar cómodamente a esa cantidad llegado el momento. La ventaja de pensar en plazos es que permite administrar el exceso y posibilita algunos gastos que parecen superfluos si tenemos el ahorro en mente. Estos pequeños gustos que podemos darnos son un fuerte incentivo para continuar con el plan de ahorros y no sentirlo una condena.
Aprender a usar las herramientas financieras
Es importante dar el salto cualitativo entre la alcancía y el plazo fijo. Es importante que los ahorros estén seguros y además obtengan rendimientos por pequeños que sean. El buen manejo del dinero y de los recursos que se tienen es una habilidad que dura para toda la vida. Por eso los expertos hacen hincapié en este aspecto. La idea es que las personas conozcan las diferentes opciones de formación que ofrecen las instituciones financieras. Nadie tiene la bola de cristal y los gúrues financieros no son de confianza como regla general, pero si pretendemos ahorrar tenemos que conocer cómo funcionan los mecanismos financieros y saber leer al menos parcialmente la situación económica del país. No tiene que ser un obstáculo que no tengamos aprendizaje formal en economía, tenemos que saber leer y entender las noticias económicas para tomar buenas decisiones con nuestro dinero.