Leve alza del consumo sin arrastre a 2014

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En lo que va del año, el consumo privado registró cierto repunte a partir del cierre de paritarias y gracias a la política expansiva preelectoral. Por el lado de la oferta, el impulso provino del agro y el sector automotor.

El resto de los sectores sigue presentando un escaso dinamismo, al igual que la inversión, afectada por los cambios en la política económica. Y el año próximo los márgenes para crecer serán aún menores, analiza Belén Olaiz, coordinadora de Desarrollo de Producto de abeceb.com.

Tal como se esperaba, factores exógenos (agro y Brasil) contribuyeron a que la primera parte de 2013 mostrara cierto repunte en materia de actividad.

También aportó la política fiscal pre-electoral, cuyo efecto expansivo se sintió especialmente en los últimos meses.

Con todo, este año cerraría con un crecimiento económico en torno al 3,0%. Pero el próximo los desbalances macro se harán sentir nuevamente, mientras que los factores exógenos no proveerán holgura adicional, como lo hicieron en 2013.

Según nuestras estimaciones, luego de mantenerse prácticamente estancada en 2012 (con un avance de sólo 0,9%), la actividad mostró una expansión de 3,2% interanual en la primera mitad del año.

Esta leve recuperación se explica principalmente por lo sucedido en el segundo trimestre, cuando la economía registró una suba de 5,3% frente al mismo período de 2012, y de 1,5% versus el cuarto previo según la medición sin estacionalidad (lo que da una suba anualizada de 6,1%).

Pero el repunte del segundo trimestre no resulta generalizado a nivel sectorial, sino que obedece casi enteramente al rebote puntual de dos sectores, asociados fundamentalmente a factores exógenos.

Por un lado, el agro, que, gracias a la buena campaña logró una expansión de 21,0% interanual, e impulsó otras actividades relacionadas como el comercio y el transporte.

Y, por otro lado, el otro gran factor detrás de la expansión económica fue el sector automotor, el cual avanzó –de acuerdo al EMI- 29,9% interanual en el segundo cuarto del año, impulsado principalmente por un rebote de las exportaciones a Brasil de nada menos que 63,2%.

Mientras tanto, según nuestras estimaciones preliminares, la actividad habría mantenido un ritmo relativamente bueno en el tercer trimestre del año.

Por el lado de la oferta, el impulso provendría principalmente de la construcción. Aunque también habría aportado positivamente el buen desempeño del sector financiero, y de la rama transporte, almacenamiento y comunicaciones.

Desde la demanda, el consumo privado también ha registrado cierto repunte en los últimos meses, a medida que se fue materializando el cierre de paritarias, y gracias a la política fiscal expansiva preelectoral.

Pero, más allá del rebote puntual presentado en algunos sectores este año gracias a factores exógenos, y de cierta mejora en materia de consumo, la mayoría de los sectores muestra un escaso dinamismo desde hace un año y medio. Y lo mismo puede decirse de la inversión.

Detrás de esto aparece principalmente el cambio de régimen motivado por la política económica desde fines de 2011: las restricciones a las importaciones han ocasionado dificultades en la provisión de insumos y bienes de capital, afectando la producción, especialmente a nivel industrial.

A esto se suma la incertidumbre ocasionada por la existencia del mercado cambiario paralelo, y por los constantes cambios en las reglas del juego, que ha alterado los planes de consumo, inversión y producción.

Con todo, 2013 cerrará con un crecimiento en torno al 3,0% interanual, mostrando una mejora respecto de lo sucedido en 2012.

Por su parte, el año próximo los desbalances macro se harán sentir nuevamente.

En particular, la restricción externa seguirá más vigente que nunca, e incluso tendería a agravarse, dado que las necesidades de dólares continuarán creciendo de la mano de las importaciones de energía y los vencimiento de deuda, mientras que la oferta de divisas difícilmente mejore en un contexto de menor liquidez global, precios de los commodities iguales o menores, un Brasil con escaso dinamismo, y una cosecha agrícola similar a la de 2013.

Así, en 2014 la necesidad de un cambio de rumbo será mayor. En este contexto, y según nuestro escenario base, el gobierno llevará a cabo algunas correcciones, en particular en el sector energético y en relación al turismo, al tiempo que continuará depreciando el peso a un mayor ritmo como en 2013.
Sin embargo, se mantendrá el elevado nivel de intervencionismo sobre la macro y sobre la micro, y seguirán sin darse soluciones de fondo a los desequilibrios existentes. En ese escenario, la economía crecería, como mucho, la mitad que en 2013.

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