Las tasas largas aflojan y el Brent supera nuevamente US$ 70

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El rebote de crudos en Londres, acompañado de lejos por Nueva York, se debe a un informe oficial (Washington) sobre insuficientes reservas de nafta. En tanto, los tipos básicos norteamericano ceden algo, pero siguen en máximos de cuatro años.

Con la demanda estival en ciernes, las existencias de nafta –que se suponía iban a subir- bajaron 0,4% la semana pasada. Así lo reveló este miércoles el departmento federal de energía y combustibles. Los operadores de la plaza a término esperaban un informe optimista y fue al revés. Con viene sucediendo desde marzo, Londres sintió los efectos más que Nueva York.

Por ende, el crudo Brent nórdicos en la plaza británica llegaron a US$ 70,15 el barril. En el mercado norteamericano, los tejanos intermedios rozaban US$ 66,10.

Entretanto, los rinden en letras de Tesorería aflojaron un poco. Pasaron del máximo en un quinquenio (5,29 y 5,4% anual para diez y treinta años) a 5,2/33%, o sea el pico en cuatro años. Alan Greenspan había salido a enfriarlas el martes, pero no pudo.

En realidad, lo que hizo el antecesor de Benjamin Bernanke fue minimizar un renovado temor del mercado: que China empiece a vender letras y bonos de la Tesorería norteamericana. Como se sabe, Beijing es el segundo tenedor mundial de esos papeles (el primero es Japón), claves para que las reservas internacionales pasen de US$ 1,15 billones.

Pero Greenspan no pudo impedir que las tasas largas tocasen los picos en cinco años. Pese al suave repliegue de ayer, operadores e inversores institucionales se mantenían a la defensiva. De paso, el sector inmobiliario prendía luces amarillas en relación con la crisis de hipotecas usurarias: cuanto mayores las tasas largas, más morosos pasan a incobrables.

Con la demanda estival en ciernes, las existencias de nafta –que se suponía iban a subir- bajaron 0,4% la semana pasada. Así lo reveló este miércoles el departmento federal de energía y combustibles. Los operadores de la plaza a término esperaban un informe optimista y fue al revés. Con viene sucediendo desde marzo, Londres sintió los efectos más que Nueva York.

Por ende, el crudo Brent nórdicos en la plaza británica llegaron a US$ 70,15 el barril. En el mercado norteamericano, los tejanos intermedios rozaban US$ 66,10.

Entretanto, los rinden en letras de Tesorería aflojaron un poco. Pasaron del máximo en un quinquenio (5,29 y 5,4% anual para diez y treinta años) a 5,2/33%, o sea el pico en cuatro años. Alan Greenspan había salido a enfriarlas el martes, pero no pudo.

En realidad, lo que hizo el antecesor de Benjamin Bernanke fue minimizar un renovado temor del mercado: que China empiece a vender letras y bonos de la Tesorería norteamericana. Como se sabe, Beijing es el segundo tenedor mundial de esos papeles (el primero es Japón), claves para que las reservas internacionales pasen de US$ 1,15 billones.

Pero Greenspan no pudo impedir que las tasas largas tocasen los picos en cinco años. Pese al suave repliegue de ayer, operadores e inversores institucionales se mantenían a la defensiva. De paso, el sector inmobiliario prendía luces amarillas en relación con la crisis de hipotecas usurarias: cuanto mayores las tasas largas, más morosos pasan a incobrables.

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