Diego Giacomini, profesor titular de Política Económica de la Universidad de Belgrano, y Javier Milei, profesor titular de Teoría Monetaria I y II de la UB, enviaron una propuesta a la Presidencia de la Nación, para limpiar las LELIQ y sanear el balance del BCRA, con el objetivo de tener chances de estabilizar el tipo de cambio y bajar la inflación de aquí hacia fines de año.
A continuación, una síntesis de la propuesta de los economistas.
El balance (del BCRA) quebrado conduce a malos resultados, porque atenta contra la credibilidad de la política monetaria de estabilización y desinflacionaria. Además, las LELIQ no sólo quiebran el balance y generan una cuenta de resultado negativo (déficit cuasifiscal), sino que atentan contra todo diseño consistente de la política monetaria.
El BCRA no tiene con qué pagar las LELIQ. Las LELIQ son promesa de emisión monetaria futura. Ergo, bajo expectativas racionales (RATEX), las LELIQ alimentan las expectativas de devaluación e inflación. Las LELIQ son dólar más caro y más inflación a futuro.
Primero, la eliminación de las LELIQ reduciría gran parte de la inconsistencia dinámica de la política monetaria, sentando las bases para que no haya permanentes cambios, lo cual destroza la reputación y mina la credibilidad del BCRA, y termina generando malos resultado.
Segundo, limpiar las LELIQ elimina la promesa de emisión monetaria futura, desactivando las expectativas de devaluación e inflación crecientes, lo cual contribuye positivamente a estabilizar el tipo de cambio y bajar la inflación y tasa de interés.
La propuesta Giacomini-Milei sugiere que se negocie con el FMI US$ 20.000 millones adicionales para que el Tesoro absorba las LELIQ a cambio de la deuda intransferible contra el Tesoro que el Central tiene en su activo. En este marco, los nuevos US$ 20.000 mil millones financiados por el FMI, no serían un incremento marginal de la deuda neta del sector público nacional, considerando al BCRA.
Con esta operatoria adelgazaría el balance del BCRA, mejorando la calidad tanto del activo como del pasivo de la autoridad monetaria. También mejoraría la cuenta de resultado del BCRA desapareciendo el déficit cuasifiscal y la promesa de emisión futura. Concretamente, a un tipo de cambio de $51,45 por dólar, esta operatoria permitiría mejorar el patrimonio neto (bien medido) del BCRA en un 76%.
Esta operatoria financiera que elimina las LELIQ y limpia el balance del BCRA también contribuye positivamente a la salud del sistema bancario y apuntala la demanda de dinero. En este sentido, hay que recordar que las LELIQ son respaldo de los depósitos a plazo fijo en el sistema bancario. Las LELIQ ascienden a prácticamente el 90% de los depósitos a plazo fijo privado.
En un escenario de caída de la demanda de dinero como el actual, que los depositantes no renueven sus plazos fijos y quieran los pesos para comprar dólares implica que el BCRA emita las LELIQ y aumente el desequilibrio monetario, y por ende las expectativas de devaluación e inflación se incrementen y el dólar (primero) y la inflación (luego) suban.
Por el contrario, este riesgo desaparecería si los dólares con los que se limpiaron las LELIQ quedaran disponibles para los ahorristas que voluntariamente decidieran cambiar sus plazos fijos por divisas. Obviamente, toda esta operatoria debería ser acompañada por una política de “cero” redescuento del BCRA y una reducción de la política de pases a pases de tan sólo 24 horas.
Esta propuesta de eliminación de las LELIQ y limpieza del balance de BCRA es la única alternativa que hay para tener chances de estabilizar el tipo de cambio y bajar la inflación de aquí a fin de año. ¿Por qué? Porque es la única opción que tiene chances de estabilizar la demanda de dinero y detener su caída, que es el principal problema de la macro argentina actual.
Por el contrario, sin eliminar las LELIQ y sin limpiar el balance del BCRA, lo más probable es que la caída de la demanda de dinero se acentúe, las expectativas de devaluación y de inflación se incrementen, el dólar, la inflación y la tasa de interés continúen subiendo mucho más. De hecho, es lo que está comenzando a suceder.
En este marco, si no se eliminan las LELIQ y no se limpia el balance del BCRA, hay que resaltar que la política de ventas de reservas, que se anunció, no es consistente. Un ejercicio lo muestra claramente. Si el BCRA comienza a vender US$ 10.000 mil millones en junio, según venda US$ 50/250 millones diarios, ese stock de reservas dura como mucho hasta agosto. Por el contrario, si comienza en julio, ese stock alcanza como mucho hasta septiembre.
En otras palabras, la política de ventas de reservas es muy difícil que aguante hasta las elecciones; es decir, es muy probable que tenga que ser abandonada con anterioridad a los comicios, impactando negativamente en el dólar y la inflación.
Además, la venta de reservas tendría efectos muy negativos sobre la cantidad de dinero, la tasa de interés, el nivel de actividad y la meta fiscal. La contrapartida de vender US$ 10.000 mil millones es una fuerte caída de la cantidad de dinero que hará subir fuertemente la tasa de interés, agrandando exponencialmente todos los problemas relacionados con las LELIQ.