<p>En verdad, la crisis griega y su contagio simplemente corrigen y aumentan un alza del oro iniciada en 2005. En general, para inversores y especuladores el metal precioso desempeña triple papel: diversificar carteras, consolidarlas o funcionar como refugio en tiempos borrascosos. Hoy cumple los tres objetivos.<br />
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En 2000, el grupo de los 7 –luego absorbido en el g-8 y el g-20-coordinó una intervención para apoyar el euro, que estaba casi a la par con el dólar. Ello permitió a la flamante divisa apreciarse lentamente como instrumento cambiario y reserva.<br />
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A medida como el dólar se deslizaba entre 2002 y 2008, con algunas pausas, una fuerte correlación positiva se daba entre la paridad dólar-euro. El precio del oro se expresaba en la divisa estadounidense, por efecto de haberse eliminado en 1971 la convertibilidad del metal en dólares. <br />
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El modelo de 2002 se interrumpió transitoriamente en 2004/5. Desde entonces, el oro se ha anotados cinco años de avance contra el dólar y el euro. El metal ha exhibido un número de características interrelacionadas que lo hacen atractivo para inversores que buscan preserva el capital. La asimetría en la conducta del oro frente a la paridad dólar-euro significa que el oro es el único activo no equivalente a obligaciones de terceros. Es un factor clave en esta época de altos déficit públicos en economías desarrolladas o no tanto. <br />
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Por supuesto, el metal constituye un mercado relativamente chico: alrededor de US$ 400.000 millones. No obstante, su alta liquidez elimina riesgos de burbujas ligados a repentinos aumentos en la demanda. Por otra parte, acumular barras y monedas es una opción mucho más versátil que hace cinco seis años. A la sazón, un considerable volumen físico ha pasado a particulares.<br />
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La casi nula volatilidad de precio, por cierto, limita su atracción para determinados operadores, pero la eleva para tenedores a largo plazo, como fuente de retornos sin riesgos. Este doble papel diversificador en tiempos ilíquidos (2008) o impulsor de desempeño en momentos que alta oferta monetarias (2009) puede seducir a fondos jubilatorios usualmente remisos al oro.<br />
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En la actual fase, cuando Angela Merkel teme el fin del euro y no está claro qué sucederá con el megapaquete de € 750.000 millones, existen dos opciones. Si estas medidas de emergencia calman los mercados, cederá la demanda por activos duros y retrocederán el oro, el yen, los bonos alemanes o norteamericanos. Si, al contrario, no se logra frenar el contagio de las presentes crisis (Grecia, Portugal, España), crecerá la aversión de los mercados a todo tipo de riesgos y el oro brillará cada día más. <br />
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La falta de confianza en el euro quiebra récords del oro
El oro tocó niveles nominales sin parangón: US$ 1.243 la onza, el miércoles 12. Pero, para igualar los 850 registrados en enero de 1981, debiera estar en US$ 1.800. La plata marcó US$ 18,20, pero sigue lejos del pico de hace casi 29 años (US$ 50).