Cuando se acabe el mandato del italiano Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE) en octubre de 2019 las consecuencias en la City de Londres se ven inciertas. Según escribe Ed Conway en la columna que publica en The Times, la flexibilización cuantitativa que implementó Europa desde 2012 y que muestra señales de ir desapareciendo siembra dudas sobre la suerte de la City.
Conway recuerda cuando hace seis años Mario Draghi, al frente del BCE, salvaba al euro con la ahora famosa frase ‘whatever it takes’, hacer lo que fuera necesario para mantener el euro. Así, desinfló las primas de riesgo de los países más castigados del momento, como España, y borró las posibilidades de una ruptura del euro.
El “whatever it takes” de Draghi significaba que advertía la necesidad de hacer algo, lo que fuera, para dar seguridad a los inversores.
A Conway le preocupa, más que la sucesión del presidente del Banco de Inglaterra, quién será el sucesor de Draghi en el Banco Europeo.
Europa llegó tarde a la Flexibilización Cuantitativa, dice Conway. Mientras los otros bancos centrales recortaban las tasas de interés e imprimían papel moneda alegremente, el BCE se abstenía. Bajo el mandato del antecesor de Draghi, Jean-Claude Trichet, el banco elevó dos veces las tasas de interés, incluso cuando el continente se encaminaba a una recesión de enormes proporciones. Ayudó a Grecia a superar la peor recesión que se recuerde y dejó a muchos otros miembros de la Unión Europea con altísimo desempleo y contracción económica. Draghi cambió totalmente el rumbo del Banco.
A partir de 2015 el BCE compró casi dos billones y medio (un billón es millón de millones en español) de euros en activos financieros. No solamente el BCE tiene permitido comprar todo tipo de activos sino que los compra a inversores de cualquier parte. Casi la mitad de todos esos activos que ha comprado fueron de inversores en Gran Bretaña y Estados Unidos. Esa es la gran razón que explica por qué la City de Londres anda muy bien cuando la economía británica muestra poco crecimiento y el mundo afronta una guerra comercial peligrosa. Por lo menos una parte de la respuesta se encuentra en la flexibilización cuantitativa. La era del dinero fácil se termina. Ahora Draghi afirma que se reducirá por lo menos a la mitad la velocidad en la compra de activos de € 30.000 millones a €15.000 millones para interrumpirla totalmente a fin de año.
La gran incógnita para Inglaterra es qué va a pasar cuando Draghi abandone la presidencia del Banco, por eso importa mucho quién vaya a ser su sucesor.
¿Quién sucederá a Mario Draghi?
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se consideraba desde hace tiempo el principal candidato para el puesto. Sin embargo, cada vez hay más indicios de que la prioridad de Merkel en la UE está en conseguir que un alemán llegue a la presidencia de la Comisión Europea.
Así las cosas, las opciones de Weidmann parecen evaporarse, dado que Berlín no puede conseguir las dos presidencias. La noticia es muy positiva para los países del sur de la eurozona, que lamentan la oposición de Alemania a las medidas para luchar contra la crisis que viene adoptando el BCE desde 2012. Este cambio ha desviado la atención a los otros posibles candidatos a suceder a Draghi a finales de octubre de 2019.