El retorno a un territorio positivo que lo saca de la deflación fue provocado por la energía (Los precios del petróleo subieron 9,2% anualizados después de grandes caídas en 2016) pero el aumento será una muy buena noticia para el Banco de Japón.
La información del Banco Central sugiere que otra vez está aumentando la presión sobre los precios con la recuperación de los precios globales de los commodities y una caída del yen desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. . Esto da al Banco de Japón la esperanza de lograr la ansiada meta de 2% de inflación.
También fortalecerá al Primer Ministro Shinzo Abe en un momento en que el país se acerca a las paritarias de primavera y se calcula que las negociaciones salariales van a producir aumentos desalentadores.
Los precios al consumidor subieron 0,4% sobre los del año pasado, comparados con 0,3% el mes anterior.
Desde hace 20 años Japón lucha con los repetidos períodos de deflación y hacia allí han ido los esfuerzos de Abe desde que asumió en 2012. El entusiasmo inicial tropezó con el aumento del impuesto al consumo en 2014 y la desaceleración de los mercados emergentes en 2015-16.
Hay claros signos de un fortalecimiento de la economía con un crecimiento por encima de la tendencia y un mercado laboral más firme.
El desempleo cayó de 3,1% a 3% en enero. La relación entre oferta de trabajo y solicitantes se mantuvo estable en 1,43, apenas un poco menos alta que en la era de la burbuja.