Eso piensa decirle Tokio, en la reunión de esta semana, a los restantes socios. Vale decir, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña. Existe consenso en cuanto que “nuestras tasas tan exiguas reflejan la debilidad del yen”, señala un informe de Sumitomo Mitsui Bank. “Esto no puede modificarlo el G-7, por más debates que se generen”,
La actual política monetaria del Banco de Japón (central) mantiene en apenas 0,25% anual el tipo corto. El contraste no podría ser mayor con el 3,5% anual de la Eurozona, el 5,25% anual de la Reserva Federal o el 5,5% del Banco de Inglaterra.
Obviamente, los inversores de toda laya abandonan el yen usando mejores rindes en cualquier otra parte. Una brecha tan amplia, pues, empuja al yen a valores más bajos contra el euro y, más aún, contra el dólar. No obstante, el piso de ¥ 119.80 del lunes dista de los mínimos de 2006 (inferiores a 115).
De cualquier modo, el G-7 se junta el viernes en Alemania para buscar soluciones. Pero Japón no parece sensible a los planteos “ortodoxos”. Dicho de otro modo, se reconocerá culpable pero no aceptará levar la tasa básica. En realidad, es casi imposible obligarlo y, como otros encuentros del G-7 o el G-8 (los mismos más Rusia), será una reunión social y demostrará que la globalización tiene alcances asaz más cortos que los imaginados por sus admiradores en estas costas.
Eso piensa decirle Tokio, en la reunión de esta semana, a los restantes socios. Vale decir, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña. Existe consenso en cuanto que “nuestras tasas tan exiguas reflejan la debilidad del yen”, señala un informe de Sumitomo Mitsui Bank. “Esto no puede modificarlo el G-7, por más debates que se generen”,
La actual política monetaria del Banco de Japón (central) mantiene en apenas 0,25% anual el tipo corto. El contraste no podría ser mayor con el 3,5% anual de la Eurozona, el 5,25% anual de la Reserva Federal o el 5,5% del Banco de Inglaterra.
Obviamente, los inversores de toda laya abandonan el yen usando mejores rindes en cualquier otra parte. Una brecha tan amplia, pues, empuja al yen a valores más bajos contra el euro y, más aún, contra el dólar. No obstante, el piso de ¥ 119.80 del lunes dista de los mínimos de 2006 (inferiores a 115).
De cualquier modo, el G-7 se junta el viernes en Alemania para buscar soluciones. Pero Japón no parece sensible a los planteos “ortodoxos”. Dicho de otro modo, se reconocerá culpable pero no aceptará levar la tasa básica. En realidad, es casi imposible obligarlo y, como otros encuentros del G-7 o el G-8 (los mismos más Rusia), será una reunión social y demostrará que la globalización tiene alcances asaz más cortos que los imaginados por sus admiradores en estas costas.