(EFE).- Los nuevos impuestos municipales aplicables a los grandes bancos comerciales que las dos principales capitales japonesas aprobaron este año producirán una fuerte merma de sus ganancias netas, según un estudio del diario económico Nihon Keizai publicado hoy (domingo 3).
El periódico indicó que los 16 mayores bancos afincados en Tokio y Osaka deberían pagar en impuestos municipales 200.000 millones de yenes (unos US$ 1.800 millones), frente a unas utilidades del primer semestre que se esperaban en torno a los 420.000 millones de yenes (unos US$ 3.780 millones).
Los impuestos de Tokio costarán 81.000 millones y los de Osaka 124.000 millones de yenes.
La cantidad fiscal dependerá de la ubicación de la oficina central.
Así por ejemplo el banco de Tokyo-Mitsubishi y el Fuji están en Tokio, mientras Sumitomo, Sanwa y Daiwa tienen sus centrales en la segunda industriosa ciudad de Osaka.
Los gobiernos locales de las dos capitales decidieron adoptar un nuevo impuesto a los bancos que rebasaran cierto nivel de capital, al objeto de buscar recursos supletorios para sus deficitarios estados financieros debido a la caída de la recaudación por la crisis económica que aún sufre el país.
La banca consideró inapropiados los impuestos e interpuso un contencioso legal que estudian en la actualidad los tribunales japoneses.
(EFE).- Los nuevos impuestos municipales aplicables a los grandes bancos comerciales que las dos principales capitales japonesas aprobaron este año producirán una fuerte merma de sus ganancias netas, según un estudio del diario económico Nihon Keizai publicado hoy (domingo 3).
El periódico indicó que los 16 mayores bancos afincados en Tokio y Osaka deberían pagar en impuestos municipales 200.000 millones de yenes (unos US$ 1.800 millones), frente a unas utilidades del primer semestre que se esperaban en torno a los 420.000 millones de yenes (unos US$ 3.780 millones).
Los impuestos de Tokio costarán 81.000 millones y los de Osaka 124.000 millones de yenes.
La cantidad fiscal dependerá de la ubicación de la oficina central.
Así por ejemplo el banco de Tokyo-Mitsubishi y el Fuji están en Tokio, mientras Sumitomo, Sanwa y Daiwa tienen sus centrales en la segunda industriosa ciudad de Osaka.
Los gobiernos locales de las dos capitales decidieron adoptar un nuevo impuesto a los bancos que rebasaran cierto nivel de capital, al objeto de buscar recursos supletorios para sus deficitarios estados financieros debido a la caída de la recaudación por la crisis económica que aún sufre el país.
La banca consideró inapropiados los impuestos e interpuso un contencioso legal que estudian en la actualidad los tribunales japoneses.