<p>El tigre celta ya no ruge como antes. La demanda crediticia seguirá aflojando en los próximos años, no meses. La toma de hipotecas, las inversiones empresarias y, con menos énfasis el gasto personal acompañará la tendencia. En síntesis, el PBI se achica y el sector inmobiliario vive un largo ajuste.</p>
<p>Pese a la demanda crediticia en declive, es factible que las presentes dificultades de los bancos, locales o internacionales, les reste capacidad prestamista a los bancos. El crédito al sector privado irlandés creció velozmente desde 2003 hasta fin de 2005, cuando su expansión alcanzó 35% anual.</p>
<p>El fenómeno fue impulsado, en gran medida, por una burbuja hipotecaria y el consiguiente endeudamiento de las inmobiliarias. Desde principios de 2006 hasta mediados de este año, la expansión sectorial cedió de que 35% a menos de 10% anual.</p>
<p>Otro factor relevante, el crédito no inmobiliario, también experimentó una burbuja de cinco a seis años. Pero su volumen continúa siendo modesto. Por el contrario, el alto nivel de préstamos hipotecarios ha hecho que la deuda de las familias –como parte de PBI- se ubique hoy entre las mayores de las economías prósperas reunida en la Organización de Cooperación pro Desarrollo Económico.</p>
<p>El mercado inmobiliario irlandés retrocede abruptamente. Los precios acumulan dieciocho meses de baja a junio. La sobreoferta de viviendas torna inevitable ulteriores declives. Si éstos superan las previsiones, los grandes prestamistas lo pasarán mal. Si bien los bancos irlandeses han sido rentables durante largo tiempo y se hallan capitalizados, también están expuestos al sector de bienes raíces y a la interminable crisis financiera de Occidente.<br />
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Irlanda: problemas originados en los servicios financieros
Hasta 2007, la isla mostraba fuerte expansión en el sector financiero. Pero la contracción del producto bruto interno este año y el siguiente- se combina con nuevas turbulencias en la banca occidental y depara perspectivas poco gratas.