La desaceleración en el crecimiento mundial, la suba de tasas de la FED junto con la normalización de la política monetaria de la mayoría de los países y los riesgos sanitarios latentes sumados a los cuellos de botella en la oferta y falta de insumos que persistirán son factores que ralentizarán los flujos comerciales internacionales.
Esta incertidumbre es política en el caso de Brasil en la previa a las elecciones y política económica en Argentina que logró un principio de entendimiento con el FMI pero aún falta para el acuerdo definitivo y con las dificultades que está teniendo el oficialismo para alinear a su tropa en torno al acuerdo.
En conclusión, si bien 2021 fue un año que mostró buenos desempeños en los flujos comerciales bilaterales y le permitió a Argentina alcanzar un superávit comercial bilateral positivo, la historia no sería la misma para 2022, un año en que los obstáculos internos y externos llevarían a una moderación en los flujos comerciales.