Por Oscar Cardoso (*)
Pensar, diseñar y concretar estas líneas de trabajo invita a los líderes de las empresas a mejorar continuamente.
En este sentido, el sector agro -uno de los principales motores económicos del país- no debe quedar exento de los beneficios de la aplicación de las nuevas tecnologías en la actividad. Éstas, además de brindar certeza en la trazabilidad de los procesos, posibilitan la maximización de los rendimientos al tiempo que minimizan el factor de error humano y favorecen la reducción de incidentes o accidentes.
Durante los últimos años en Argentina se ha aplicado e invertido mucho en las innovaciones tecnológicas para el agro. Uno de los ejemplos concretos es la utilización de drones, que está tomando mucha fuerza en la actividad y en las tareas de control de cultivos y ganado. Además, la tendencia del sector apunta a generar una producción responsable y sustentable para cuidar las tierras y el ambiente.
El nivel de inversión, tema clave para toda empresa, dependerá de la tecnología que se quiera aplicar y del volumen del proyecto y los procesos. No obstante, existen herramientas asequibles: hoy una app permite controlar el registro de ingresos de personal por datos biométricos.
Es por ello que resulta fundamental que una empresa, y cada uno de sus procesos, pueda ser analizado con el objetivo de recibir asesoramiento sobre qué tecnologías aplicar para maximizar los tiempos, el trabajo y las inversiones. (*) Gerente de la unidad de negocios Agro de Grupo CETA
