jueves, 21 de noviembre de 2024

Inédito panorama en el mundo energético

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Hay nuevas realidades. Asia demanda más hidrocarburos y avanza el shale oil 

La Agencia Internacional de Energía produce el World Energy Outlook, cada año. Pero esta nueva edición que acaba de aparecer, es interesante compararla con el informe de hace diez años. Es que en una década hay cambios sustantivos.

Contra lo que podría preverse, no se trata del cambio climático global o de los conflictos en las zonas productoras del Medio oriente, los que impactan en esta nueva realidad. Son temas que siempre inciden, pero no mueven la aguja del escenario tradicional.

Lo primero que salta a la vista es un importante cambio geográfico en la demanda. En 2008, 81% del total de la oferta energética eran hidrocarburos (petróleo, gas y carbón). En 2018 es igualmente 81% y se esperan descensos poco significativos en los próximos 20 años.

En cuanto a energías renovables, hace una década aportaban 1% de la demanda global, incluyendo energía solar y eólica, además de biodiesel, pero sin contabilizar la hidroenergía.

Hoy contribuyen con un 7% del total, mucho más que antes, pero sin que tenga incidencia decisiva en la estructura de la demanda global o en la proporción de emisiones de carbono. Lo que se comprueba es que mayor presencia de energías renovables no están reemplazando al petróleo, pero sí a la energía nuclear e hidroeléctrica.

Uno de los grandes cambios de la década, es el nuevo papel de Asia en el consumo global energético. En 1980, consumía 18% del total. Ahora ese porcentaje es de 41% y se pronostica que será de 41% en 20 años más.

Se estima que para 2040, 66% del crecimiento en el consumo provendrá de Asia. Con China como el principal protagonista de esta nueva realidad (6 de las 10 firmas más grandes como proveedoras mundiales son chinas), ya que importa 9 millones de barriles diarios. Lo que explica porque a esta potencia le interesa la estabilidad de Venezuela y del Medio Oriente donde están sus principales proveedores.

Algo similar ocurre con India y con Indonesia, dos compradores de energía cada vez más importantes (son olvidar el rol destacado que siempre mantiene Japón).

El otro acontecimiento que altera sustancialmente el escenario, es el resurgimiento de Estados unidos como un gran productor petrolero mundial, como lo fue al principio del siglo 20. Pero esta vez, de la mano del shale oil y gas, con una tecnología de vanguardia que domina perfectamente.

Es interesante comprobar que en el informe de World Energy Outlook, no hay una mención al shale oil. Ahora, en apenas 10 años es el gran actor. Estados Unidos produce 7,6 millones de barriles diarios, y la perspectiva es que habrá un crecimiento sustancial en los próximos años.

Esta nueva realidad ha alterado algo vital: el precio del petróleo. En 2008, el barril de Brent se vendía a US$ 97 (dólares de ese momento). Ahora el precio está algo debajo de los US$ 70 por barril.

Ambas tendencias tienen toda la intención de continuar en el futuro cercano. Lo que no se sabe es cómo se logrará atenuar o eliminar el impacto ambiental.

 

 

 

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