Este hecho, sumado a la reversión del pánico inicial desatado por la pandemia, ha debilitado en los últimos meses el valor del dólar en el mundo y empujado al alza a varios de los precios de commodities relevantes para Argentina, según lo explica el último informe del IERAL de la Fundación Mediterránea con la firma de Gustavo Reyes.
En el plano local, tampoco faltaron noticias positivas, caso de la salida del default, la dinámica creciente de los depósitos bancarios, las licitaciones de deuda en pesos que permiten alargar los vencimientos, signos recientes de moderación en el gasto público y la decisión anunciada por el gobierno de encarar un programa acordado con el FMI.
Sin embargo, también abundan señales negativas para inversores, caso del avance de la denominada Reforma Judicial, sin consenso entre los distintos partidos políticos; la usurpación de terrenos públicos y privados y la pérdida de control del gobierno bonaerense sobre su fuerza policial; la alteración abrupta del esquema de tarifas del sector de Telecomunicaciones, y el creciente atraso en los precios relativos de las tarifas de los servicios regulados, entre otras.
Respecto a los desequilibrios macro, tampoco hay señales claras a favor de su corrección. El anuncio de un déficit fiscal primario para 2021 (4.5 % del PIB), mayor al esperado por el mercado, augura presiones inflacionarias crecientes. Asimismo, se promueven más impuestos desde la bancada oficialista en el Congreso, sin que se adviertan programas de contención del gasto. En el plano cambiario, la caída de reservas anticipa cambios de política, pero todavía con muchos interrogantes
En el último mes se han producido varias novedades relevantes para la coyuntura económica de nuestro país, algunas resultan buenas, pero otras no tanto.
Las buenas noticias de la macro
Escenario externo: La economía mundial presenta perspectivas todavía ambiguas. Para el promedio, se espera que la actividad económica recupere lo perdido en 2021 pero, al estar muy influenciada por la evolución de la economía de China, esta medición no representa adecuadamente lo que se espera que suceda en varias de las economías más grandes.
Estados Unidos recuperaría lo perdido en 2022 mientras que la zona del Euro y Japón lo harían recién en 2023. Por otro lado, en lo que respecta al comercio internacional, las proyecciones muestran que recién en 2023 podrían alcanzarse nuevamente los niveles de transacciones previos a la pandemia. Esta recuperación relativamente lenta ha aplacado las expectativas de inflación y permitido generar esperanzas sobre el mantenimiento (por bastante tiempo) de la actualmente elevada liquidez internacional.
Este hecho, sumado a la reversión del pánico inicial desatado por la pandemia, ha debilitado en los últimos meses el valor del dólar en el mundo y empujado al alza a varios de los precios de commodities muy relevantes para Argentina. Salida del default: el alto porcentaje de adhesión al canje de la deuda finalmente alcanzado con los bonistas sin duda ha sido una excelente noticia. No sólo permite descomprimir gran parte de los pagos de deuda para los próximos años, también reduce considerablemente la probabilidad de un nuevo episodio de default para dicho período
Dinámica de los depósitos: a pesar de la delicada situación del sector financiero producto de dos años de recesión y de la inédita caída en el nivel de actividad económica en el segundo trimestre de este año como consecuencia de la pandemia, la evolución de los depósitos en el sistema financiero durante los últimos meses ha sido bastante positiva.
FMI: a fines de agosto, el gobierno nacional elevó una carta al FMI a efectos de acordar un nuevo programa con el organismo internacional. En el marco de la actual incertidumbre y la baja credibilidad en cuanto al cumplimiento de las promesas realizadas por los distintos equipos económicos a lo largo de la historia de nuestro país, un nuevo acuerdo con el FMI puede ayudar a regenerar la confianza sobre la dinámica en el tiempo de los ajustes necesarios para equilibrar los actuales desbalances macroeconómicos que presenta la Argentina.
Roll over de la deuda en pesos: en varias de las últimas licitaciones, el gobierno no solamente ha podido refinanciar perfectamente los vencimientos de los bonos en pesos, sino que consiguió montos superiores a los mismos permitiéndole acumular estos excedentes para futuros vencimientos y/o financiar parte de los actuales desequilibrios fiscales, relajando un poco las exigencias del financiamiento monetario del Banco Central.
Dinámica fiscal: en los últimos meses, la desaceleración de la gran mayoría de los rubros del gasto público nacional permitió reducir considerablemente el porcentaje de emisión monetaria para financiar al Tesoro respecto del total de la recaudación de impuestos.