<p>El impuesto se basará en las obligaciones bancarias y regirá desde el 1º de julio, o sea el último trimestre del ejercicio 2009/10. El Tesoro estima que se recaudarán unos US$ 90.000 anuales durante un mínimo de diez años fiscales (2010/19). Ya equipos de la Casa Blanca y hacienda han hecho contacto con la mayoría de entidades afectadas, si bien la propuesta presidencial debe pasar por el Congreso.<br />
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Además del resumen general expuesto este jueves, Obama enviará al Capitolio, en febrero, un programa más detallado. El anuncio tentativo coincide con la creciente irritación por los rescates con fondos públicos en beneficio del negocio financiero, por las abusivas remuneraciones de ejecutivos y por un déficit fiscal que alcanzará US$ 1,4 billones en 2009/10. <br />
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Valerie Jarrett, asesora principal del presidente, confirmó que el gobierno intenta recobrar fondos otorgados a la banca vía el programa pro alivio de activos tóxicos (TARP). “Se trataba de dinero a baja tasa, que les permitió a las entidades recobrarse, pues hacían diferencia recolocándolo a tipos de mercado”, sostuvo la funcionaria. <br />
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A criterio del poder ejecutivo, la propuesta de Obama es justa. En cierto modo, desplaza la carga sobre bancos y firmas de valores responsables por haber asumido riesgos que llevaron a la crisis sistémica de 2007/9. Son las mismas entidades beneficiarias del TARP y sus créditos blandos. <br />
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Inevitablemente, el esquema ya levanta duras críticas entre financistas operadores, desde JPMorgan Chase hasta Goldman Sachs o JPMorgan Chase. El gravamen apunta a los peso pesados y busca enjugar inicialmente pérdidas estimada en US$ 117.000 millones.</p>
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Gravámenes: será sobre 50, y no sobre veinte entidades
Finalmente, se anunció que medio centenar de entidades financieras no veinte-, con activos superiores a US$ 50.000 millones cada una, serán gravadas. La idea de Barack Obama es recobrar dinero de los contribuyentes y bajar el déficit federal.