<p>En Occidente, el público atravesó una recesión (de 2007 ¿a 2009?), luego transformada en alto desempleo, que aún golpea a Estados Unidos, España, Italia y otras economías. En ese contexto, el aumento de materias primas e insumos invoca el espectro de la inflación que, en verdad, no cristaliza. <br />
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La volatilidad en productos básicos refleja tanto factores internacionales cuanto condiciones específicas en determinados sectores. En la plaza de hidrocarburos, donde el Brent todavía ni vuelve a los picos del año (US$ 126 el barril de Brent) la guerra libia, los disturbios en Argelia, Siria o Bahrein y ciertas señales en la península arábiga crean incertidumbres. Además, la catástrofe japonesa de marzo apuntaba a picos, pues Tokio es el tercer importador mundial.<br />
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Pese a todo, esta inestabilidad en materias primas no parece por hoy tan peligrosa como la inflación de los años 70. Por ejemplo, la economía estadounidense se halla mejor ubicada para afrontar una disparada del petróleo. Así, la energía empleada para generar un dólar en el producto bruto interno es alrededor de la mitad que en 1973/5 o 1979/81 a valores constantes. Ello se debe, en parte, a que esa economía ha ido transfiriéndose de la industria a los servicios.<br />
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Aparte, algunas tretas empleadas por el sector privado hace poco más de 35 años, para capear la borrasca, podrían servir en la actualidad. Por ejemplo, las empresas solían mantener valores nominales, pero reduciendo el contenido de los envases. En general el público se fija en un alza de precio, no en una baja de volumen. <br />
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En verdad, la recesión iniciada en 2007 y el desempleo posterior han disminuido márgenes en la gama al detalle. Ahora, la volatilidad de productos e insumos primarios dificulta las cosas, pues el comercio trabaja con márgenes más estrechos y el público se fija de los precios.<br />
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Ciertas actividades aplican estrategias de cobertura para eludir costos en aumento. Por ejemplo, las aerolíneas ahorran en combustible. Sin embargo, sin signos de que la fase alcista de los rubros básicos ceda, una cantidad de compañías viene anunciando incrementos de precios. Hanes, Gap o Abercrombie & Fitch, castigadas por el alza del algodón, empiezan a subir valores de su indumentaria. Kellog eleva sus cereales, mientras Procter & Gamble o Kraft Foods la emulan e igual hace Whirlpool, afectada por el aumento del acero y el aluminio. <br />
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Gran volatilidad en las materias primas
Los productos primarios tornan a subir. Desde hidrocarburos hasta metales hace una semana el oro batía otro récord absoluto, US$ 1.902 la onza-, el alza afecta a bienes e insumos. ¿Qué harán usuarios y consumidores? se preguntan varios analistas.