Gillian Tett del Financial Times, afirma que aún reina la ambigüedad sobre el nivel de garantías para los depositantes en Estados Unidos tras la quiebra del Silicon Valley Bank. Es casi seguro que esto provocará más salidas de capitales de los bancos más pequeños. Al mismo tiempo, los modelos de negocio de estos bancos están sufriendo presiones.
Los fondos del mercado monetario están retirando más efectivo, mientras que algunos bancos se enfrentan a pérdidas no realizadas en sus tenencias de fondos del Tesoro a largo plazo. Y como los costos de financiación aumentan con las subidas de los tipos de interés, los bancos reducirán los préstamos, lo que provocará una contracción del crédito.
“Esta combinación de problemas significa que cualquiera que espere una rápida resolución de los problemas bancarios se verá decepcionado”, escribe Gillian. Si la Corporación Federal de Seguro de Depósitos amplía el seguro, se reducirá el pánico, y si se detienen las subidas de tasas se reducirá la restricción empresarial. “Pero el desastre actual es el resultado de una década de errores políticos y no se arreglará en 10 días o 10 meses”, añade Gillian.
El ex director ejecutivo de Credit Suisse, Tidjane Thiam, escribe que el destino del banco proyecta una sombra sobre el sector bancario europeo. Los rivales estadounidenses y asiáticos podrían beneficiarse de la incertidumbre creada por la forma en que se ha tratado a los tenedores de bonos AT1.
