sábado, 23 de noviembre de 2024

Google anunció el cierre de la subasta accionaria

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El lunes, la firma que maneja el principal motor de búsquedas en Internet informó que cerraría la subasta ese día. Concluida la oferta pública inicial (OPI), el martes estaba a un paso de quedar registrada como cotizante bursátil.

La empresa solicitó formalmente ante la Comisión Federal de Valores (SEC, Securities & Exchange Commission) autorización para empezar a operar en la apertura del miércoles 18. Vía web, avisó a los inversores –a las 4 pm del lunes- que los agentes colocadores aceptarían ofertas hasta las cinco y, poco después, notificarían a los ganadores. El sistema, tomado del portal de remates eBay, resulta tan original como confuso.

La presentación ante la SEC y el aviso indicaban que la compañía seguía adelante con la OPI, pese a especulaciones sobre una posible posposición. “A primera vista, parece que tienen pedidos suficientes para arbitrar un precio adecuado”, señalaba anoche David Menlow, de la consultora IPO Financial Network. “Cumplieron el objetivo que se proponían. Si pensaban retirar la OPI, como algunos creían, obviamente no habrían requerido una autorización en tan breve plazo”.

En términos prácticos, los participantes de la subasta quizás hayan podido entrar pedidos de último momento o retirarlos hasta algo después de las 5 pm. Google y sus banqueros, que habían abierto el remate recién el viernes, tienen escaso margen de tiempo para evaluar y determinar el precio de corte. Quienes hayan ofrecido en ese nivel o encima, recibirán acciones y serán notificados vía e-mail.

La firma estimaba que su valor nominal al lanzamiento oscilaba en alrededor de US$ 36.000 millones, tomando una gama inicial de US$ 108 a 135 por papel. Pero los analistas bajaban el espectro a US$ 70-115. Por su parte, Wall Street y Silicon Valley se mostraban escépticos sobre el complicado mecanismo de la OPI, que pretendía “democratizar el proceso”.

En el fondo, “el sistema resulta tan discriminatorio como los convencionales y me sorprende que hayan podido hacer el anuncio tan rápido”, observaba John Tinker, de ThinkEquoty Partners, una pequeña banca especializada de San Francisco. “Eso significa, no obstante, que el mecanismo funciona”. En cuanto al estreno de la acción en los paneles de la National Association of Security Dealers (NASD, agregando “automated quotations” da Nasdaq), probablemente se haga el jueves. Hacían falta 24 horas adicionales para evaluar y definir el precio de corte.

El fárrago de debates y versiones hizo que algunos inversores no hubiesen notado una novedad. Comunicada el lunes, revelaba que la SEC y los reguladores neoyorquinos habían abierto investigaciones informales sobre la distribución de acciones entre el personal de Google, a partir de 1998.

Esta noticia echaba sombras sobre la subasta. Máxime a pocos días de saberse que Google debió admitir transgresiones a la ley, cuando sus fundadores le concedieron un reportaje a “Playboy”, que se publicó en medio del lanzamiento, opinando sobre éste y la compañía.

El reparto de acciones a ejecutivos y gerentes también involucra infracciones, dado que esos papeles no fueron registrados ante la SEC o la bolsa. Ninguna de ambas faltas invalida la OPI, pero puede obligar a Google a recomprar papeles por casi US$ 26 millones.

La empresa solicitó formalmente ante la Comisión Federal de Valores (SEC, Securities & Exchange Commission) autorización para empezar a operar en la apertura del miércoles 18. Vía web, avisó a los inversores –a las 4 pm del lunes- que los agentes colocadores aceptarían ofertas hasta las cinco y, poco después, notificarían a los ganadores. El sistema, tomado del portal de remates eBay, resulta tan original como confuso.

La presentación ante la SEC y el aviso indicaban que la compañía seguía adelante con la OPI, pese a especulaciones sobre una posible posposición. “A primera vista, parece que tienen pedidos suficientes para arbitrar un precio adecuado”, señalaba anoche David Menlow, de la consultora IPO Financial Network. “Cumplieron el objetivo que se proponían. Si pensaban retirar la OPI, como algunos creían, obviamente no habrían requerido una autorización en tan breve plazo”.

En términos prácticos, los participantes de la subasta quizás hayan podido entrar pedidos de último momento o retirarlos hasta algo después de las 5 pm. Google y sus banqueros, que habían abierto el remate recién el viernes, tienen escaso margen de tiempo para evaluar y determinar el precio de corte. Quienes hayan ofrecido en ese nivel o encima, recibirán acciones y serán notificados vía e-mail.

La firma estimaba que su valor nominal al lanzamiento oscilaba en alrededor de US$ 36.000 millones, tomando una gama inicial de US$ 108 a 135 por papel. Pero los analistas bajaban el espectro a US$ 70-115. Por su parte, Wall Street y Silicon Valley se mostraban escépticos sobre el complicado mecanismo de la OPI, que pretendía “democratizar el proceso”.

En el fondo, “el sistema resulta tan discriminatorio como los convencionales y me sorprende que hayan podido hacer el anuncio tan rápido”, observaba John Tinker, de ThinkEquoty Partners, una pequeña banca especializada de San Francisco. “Eso significa, no obstante, que el mecanismo funciona”. En cuanto al estreno de la acción en los paneles de la National Association of Security Dealers (NASD, agregando “automated quotations” da Nasdaq), probablemente se haga el jueves. Hacían falta 24 horas adicionales para evaluar y definir el precio de corte.

El fárrago de debates y versiones hizo que algunos inversores no hubiesen notado una novedad. Comunicada el lunes, revelaba que la SEC y los reguladores neoyorquinos habían abierto investigaciones informales sobre la distribución de acciones entre el personal de Google, a partir de 1998.

Esta noticia echaba sombras sobre la subasta. Máxime a pocos días de saberse que Google debió admitir transgresiones a la ley, cuando sus fundadores le concedieron un reportaje a “Playboy”, que se publicó en medio del lanzamiento, opinando sobre éste y la compañía.

El reparto de acciones a ejecutivos y gerentes también involucra infracciones, dado que esos papeles no fueron registrados ante la SEC o la bolsa. Ninguna de ambas faltas invalida la OPI, pero puede obligar a Google a recomprar papeles por casi US$ 26 millones.

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