<p>Según los mismos asesores de ambas firmas radicadas en la Confederación Helvética, pero no suizas, el volumen de la eventual unión desvela a la UE. En realidad, el comisariado antimonopolios no aprobará la propuesta a menos que ingrese una tercera empresa y haga subir el precio. Glencore no tiene motivos para ceder en un contexto de eventuales obstáculos.<br />
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Por ende, la megafusión minera probablemente deba esperar a principios de 2013 para lograr luz verde en Bruselas. Quizá también en Estados Unidos, China, Sudáfrica y Canadá. Tampoco será fácil persuadir a accionistas reticentes. “Si consiguen cerrar el acuerdo en sólo un año, será un excelente resultado”, sostiene Sigurd Mareels, director de investigaciones en la consultoría McKinsey. Este experto cree que recién en dos o tres años habrá resultados.<br />
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El lento avance de las negociaciones impulsa a las dos compañías hacia otras oportunidades de expansión. Por de pronto, Viterra –una empresa canadiense que procesa y comercializa granos- anunció este martes que aceptó ser comprada por Glencore en US$ 6.100 millones. Poco antes, Xstrata cerraba la adquisición de yacimientos carboníferos a Talisman Energy (US$ 500 millones en efectivo).<br />
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La Unión Europea, cuyo ente regulador es el más fuerte del mundo, debiera ser el mayor obstáculo para el matrimonio. En 2008, BHP Billiton desechó la toma de Río Tinto ante sus objeciones por los efectos de la fusión en la competitividad de la industria europea. Al proponerse la unión Glencore.Xstrata, en febrero, no era claro si requería la aprobación de la UE. Ya en 2006, Bruselas había dictaminado que el dúo era realmente una sola empresa, pues la participación de la primera en la segunda bordeaba 34%. Pese a todo, las compañías solicitaron formalmente la autorización del comisariado antimonopolio. Desde entonces (seis años), gestores y letrados de ambas han estado reuniéndose con las autoridades.<br />
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Por su parte, la UE tiene hoy casi un mes para pronunciarse sobre la fusión. Esto explica que la Asociación Europea del Acero se manifieste “particularmente preocupada por las posibles consecuencias en los mercados de níquel, cinc y carbón”. Así señala Axel Eggert, cabildero del organismo. Cabe acotar que los dos metales se emplean para producir aceros especiales.<br />
La clave del asunto será el modo como la UE defina “mercados”. En escala mundial, el eventual gigante tendrá participaciones relativamente bajas: por ejemplo, 9,9% en carbón térmico, 5,3,% para coque, 6% para níquel y 12% para cinc. <br />
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No obstante, al aislarse ciertos segmentos e incluirse los insumos primarios que Glencore vende por cuenta de terceros a firmas afectadas por el eventual acuerdo, podrá argüirse una situación de “minimonopolios”.<br />
La dupla Glencore-Xstrata, por ejemplo, controlaría un tercio de la plaza europea de cinc. En 2001, al considerar la absorción de la noruega Norzinc por la finesa Outokumpu, la UE resolvió que el metal constituía un mercado regional.</p>
Glencore y Xstrata, una fusión con obstáculos
Los reguladores de la Unión Europea revisan con sumo detenimiento la posible fusión de ambos gigantes, que podría representar una capitalización de US$ 90.000 millones. Bruselas teme que genere una compañía demasiado fuerte en los mercados de cinc, níquel y carbón.