<p>El mayor banco de la Confederación Helvética confesó haber coparticipado en maniobras para defraudar el Servicio de Impuestos Internos estadounidense. Debe pagar US$ 780 millones para arreglar con la justicia federal. Pero el punto realmente relevante es que, por fin, se quiebra el perverso mecanismo del secreto financiero y esto no se limitará a Suiza, la decana (1648).<br />
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No queda claro cuántos clientes serán puestos en evidencia. Pero la fiscalía federal (Estados Unidos) ha examinado 19.000 cuentas numeradas y pide acceso a otras 52.000, 30.000 más de las previstas. Con el apoyo de algunos medios –“Wall Street Journal, Financial Times, Neue Zürcher Zeitung”-, el Banco Nacional (central) trata de que se publiquen menos de de mil identidades.<br />
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Como parte de la capitulación, UBS cooperará dando nombres al Departamento de Justicia norteamericano Según acuerdos preexistentes entre Washington y Berna, la entidad privada se expone a ser procesada si no entrega la lista íntegra de clientes. La parte extraterritorial del negocio (fuera de la jurisdicción suiza) representa ganancias anuales de US$ 200 millones. Pero, sospechan los fiscales, en 2002/7 UBS permitió a sus clientes de banca privada esconder unos US$ 20.000 millones y evadir 300 millones anuales en impuestos.<br />
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Esa rama de negocio involucraba unos sesenta operadores (Zürich, Ginebra, Basilea, Lugano) y una red extraterritorial. Entre otras plazas, incluye Liechtenstein, Luxemburgo, Guernsey (corona británica), Monaco, Andorra y medio Caribe. <br />
UBS llegó a sugerir a grandes clientes norteamericanos destruir archivos y comprobantes, esconder joyas, oro y arte en cajas de seguridad. Vale decir, el método usado para captar activos alemanes durante la Segunda guerra mundial –inclusive propiedades confiscadas a judíos- y restituidos vía judicial sólo en parte y mucho después.<br />
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Final del secreto bancario suizo
Union des Banques Suisses fue obligado por Washington a divulgar los nombres de magnates norteamericanos que emplean cuentas anónimas para evadir impuestos. Esto puede ser el comienzo de una campaña que alcance a Luxemburgo, Liechtenstein, y otros paraísos fiscales.