lunes, 23 de diciembre de 2024

Eurozona, presa de los rígidos dogmas alemanes

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Crece el miedo al colapso del euro. Un grupo de bancos privados elaboraba este fin de semana opciones. Bank of América-Merrill Lynch, Nomura Securities y Barclay’s Capital no descartan un fin abrupto. Sin duda, Berlín es el villano de la película.

<p>Por supuesto, Angela Merkel jura y perjura que &ldquo;eso nunca suceder&aacute;&rdquo;. La fracasada subasta de bonos soberanos teutones (se precisaban &euro; 6.000 millones y s&oacute;lo se consiguieron 3.800 millones) indica que la eurocrisis financiera alcanza de alg&uacute;n modo a Alemania. Por ejemplo, Moody&rsquo;s Investors Service reiter&oacute; que Francia puede perder la AAA y Standard &amp; Poor&rsquo;s rebaj&oacute; a B&eacute;lgica de AA+ a AA. Poco antes, Hungr&iacute;a y Portugal ca&iacute;an a categor&iacute;a chatarra.<br />
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Uno a uno, los pa&iacute;ses adherentes al euro van cayendo prisioneros del dogmatismo germano. Por supuesto, este factor dista de ser nuevo: desde mediados del siglo XIX, Alemania fue acumulando prodigiosas energ&iacute;as industriales, pol&iacute;ticas y militares. Al mismo tiempo, generaba su propia revoluci&oacute;n cient&iacute;fica y tecnol&oacute;gica.<br />
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En 1914, por fin, el Segundo Reich &ndash;fundado en 1871- &ldquo;se lanz&oacute; al asalto del poder en Occidente&rdquo;, se&ntilde;alaban los historiadores Friedrich Fischer, Oswald Spengler y Arnold Toynbee. Pero se equivoc&oacute; de aliados: Austria-Hungr&iacute;a y Rusia fueron dos lastres fatales<br />
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Ulteriores fracasos &ndash;rep&uacute;blica de Weimar, Tercer Reich- llevaron a un replanteo integral de esquemas y prioridades. En 1949 se parti&oacute; el pa&iacute;s en dos (rep&uacute;blica Federal, rep&uacute;blica &ldquo;democr&aacute;tica&rdquo;). Con el tiempo, la licuaci&oacute;n del bloque sovi&eacute;tico, 1989/91 reconstituy&oacute; una Alemania reoccidentalizada. Pero el euro acab&oacute; siendo un cors&eacute; ni lo bastante estricto como la Reserva Federal ni lo bastante flexible como el Banco de Inglaterra (&uacute;nico sobreviviente del siglo XVIII).<br />
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Cabe recordar, en este punto, la g&eacute;nesis del doble euro, o sea la divisa para la Eurozona (diecisiete miembros) y la unidad contable para el resto de la Uni&oacute;n Europa. (diez). Las equivalencias por euro eran aproximadamente 13,76 chelines austr&iacute;acos, 40,34 francos belgas, 0,583 liras chipriotas, 15,65 coronas estonias, 5,946 marcos fineses, 6,56 francos franceses, 1,955 marcos alemanes, 340,75 dracmas griegos, 0,788 libras irlandesas, 1.936 liras italianas, 40, 34 francos luxemburgueses, 0,420 liras maltesas, 2,204 florines holandeses, 200,5 escudos portugueses, 30,13 coronas eslovacas, 239,64 t&aacute;leros eslovenos y 166,39 pesetas.<br />
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En verdad, el elenco original (1999) era viable. No puede decirse lo mismo de posteriores &ldquo;incorporaciones pol&iacute;ticas&rdquo;. Entre ellas, la subdesarrollada Grecia (2001), Chipre (dos tercios de la isla), Malta (una base de la OTAN), Eslovaquia (un desprendimiento que revierte a 1939) y Estonia (cliente de Finlandia). Pero los dislates de Bruselas no terminan ah&iacute;: la misma UE que resiste el ingreso turco &ndash;hoy Angora est&aacute; en otra cosa- arriesga absorber un grupo tan impresentable como Rumania, Bulgaria y partes de la ex Yugoslavia.</p>
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