<p>Este lunes, por caso, George Söros y Christine Lagarde –Fondo Monetario Internacional- sembraban dudas sobre la solvencia de la red europea. No obstante la reticencia alemana ante Grecia, varios dirigentes políticos parecen determinados a prevenir ese tipo de a catástrofes. Eso implica emplear las facilidades europeas económicas y financieras (FEEF, unos € 440.000 millones).<br />
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Amén de que esa suma tal vez no alcance, persisten dudas sobre la capacidad de los banqueros para administrar una crisis de ese tenor. Como Lagarde misma lo admite, varias entidades ya experimentan dificultades para conseguir fondos y financiar su giro diario. <br />
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Por su parte, los bancos norteamericanos intentan inocularse ante la misma clase de riesgos y son renuentes a prestar en el corto plazo. Por otra parte, van disminuyendo la exposición a negocios europeos, actitud que podría exacerbar la iliquidez de la banca transatlántica. <br />
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Similares retiros de fondos, en mayor escala, indujeron a la quiebra a Bear Stearns, Lehman Brothers y Merrill Lynch. Al revés, las turbulencias europeas podrían hoy contagiarse velozmente a Estados Unidos y Canadá. Es densa la urdimbre del sistema financiero global (en particular el noratlántico).<br />
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“Esta crisis corre peligro de ser peor que las de aquellas tres bancas norteamericanas” opina Soros, profesional de la especulación con derivados. A su criterio, “falta una autoridad paneuropea fiable, capaz de manejar una emergencia como la que podría sobrevenir. Por eso el problema es tan serio. Probablemente se necesite una crisis para generar voluntad política y desembocar en aquella solución”.<br />
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Los nervios y sus consecuencias se reflejan en corridas financieras y bursátiles desde el lunes. Un mercado clave como Francfort se derrumbó casi 9% en tres jornadas y, en la misma plaza, las acciones bancarias están en el mínimo desde marzo de 2009.</p>
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Eurozona: la banca realimenta sus miedos
Europa occidental no olvida los colapsos de Bear Stearns y Lehman Brothers (septiembre de 2008). Mientras la zona trata de contener la crisis de endeudamiento soberano, cunden temores de que algún banco grande se venga abajo y desencadene el pánico.