Frustrando expectativas, el jefe del BCE opinó que el 28% de alza registrado desde inicios de 2003 “no impedirá que las exportaciones de la Eurozona se recobren”. Tras esto, varios expertos a ambos lados del Atlántico comparaban el optimismo sin fundamentos de Trichet con el de John Snow (secretario estadounidense de Hacienda) sobre el déficit fiscal.
Sea como fuere, le bastaron minutos al euro para subir de US$ 1,265 -nivel inferior al del miércoles- a 1,2815 y aflojar a 1,277 (de todos modos, nuevo récord). “Parece que al BCE no le importa el euro y los mercados lo toman como señal para volver a vender dólares. Ahora, el futuro a fin del trimestre vuelve a US$ 1,45”, señala un informe de Barclay’s Capital, Nueva York.
“Con el cargo seguro, Trichet opera en favor de George W.Bush y su reelección. Esto va a ser peor que lo de Richard Nixon”, presumía un columnista de la televisión germana. Entretanto, el oro al contado rebotaba a US$ 423,50 la onza en Londres.
Frustrando expectativas, el jefe del BCE opinó que el 28% de alza registrado desde inicios de 2003 “no impedirá que las exportaciones de la Eurozona se recobren”. Tras esto, varios expertos a ambos lados del Atlántico comparaban el optimismo sin fundamentos de Trichet con el de John Snow (secretario estadounidense de Hacienda) sobre el déficit fiscal.
Sea como fuere, le bastaron minutos al euro para subir de US$ 1,265 -nivel inferior al del miércoles- a 1,2815 y aflojar a 1,277 (de todos modos, nuevo récord). “Parece que al BCE no le importa el euro y los mercados lo toman como señal para volver a vender dólares. Ahora, el futuro a fin del trimestre vuelve a US$ 1,45”, señala un informe de Barclay’s Capital, Nueva York.
“Con el cargo seguro, Trichet opera en favor de George W.Bush y su reelección. Esto va a ser peor que lo de Richard Nixon”, presumía un columnista de la televisión germana. Entretanto, el oro al contado rebotaba a US$ 423,50 la onza en Londres.