<p>La Reserva Federal, Hacienda, la agencia pro seguros de depósitos (FDIC) y el programa para aliviar activos tóxicos (TARP) han gastado o prestado casi tres billones en el bienio 2007-8 y deben proveer hasta US$ 5,7 billones adicionales. Ahora, Barack Obama ha promulgado la tercera versión del paquete: US$ 787.000 millones, vale decir 11,7% menos que la segunda (884.000 millones) o 4,7% menos que la primera (819.000 millones). </p>
<p>Este paquete, el TARP (los US$ 700.000 millones de octubre) y 168.000 millones en desgravaciones y restituciones impositivas –durante 2008- fueron votadas en el Congreso. Los restantes ocho billones salieron de la RF (bajo Benjamín Bernanke, hoy crítico del gobierno y la FDIC. Este dinero del contribuyente ha sido entregado sin que los beneficiarios identifiquen el destino que han dispuesto, como denunciaron legisladores demócratas. </p>
<p>Esta gama de salvamentos y facilidades equivale a casi dos tercios del producto bruto interno de Estados Unidos en 2008. Excepto el paquete presidencial sancionado, todo responde a la cadena de crisis iniciada, a mediados de 2007, en el mercado hipotecario. También refleja graves errores de la Reserva Federal y Hacienda en el manejo de las emergencias. Ahora, toma cuerpo un segundo paquete que toma US$ 275.000 millones –remanentes del rescate de octubre- más 75.000 millones de Fannie Mae y Freddie Mac, las paraestatales hipotecarias intervenidas en noviembre. La factura sube, pues a US$ 10,05 billones. </p>
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Estímulos y megarrescates, una factura superior a US$ 10 billones
Una vez votado el ¿primer? paquete de estímulos, los compromisos estatales con malos banqueros, empresas insolventes y un amplio sector de la población misma acumularán US$ 9,7 billones. Esto es, 90% de las hipotecas pendientes a fin de 2008.