Ese nerviosismo condujo a proyectos presentados en el Congreso para aumentar la producción interna de chips, con un apoyo de US$ 25.000 millones para investigación y manufactura.
Un informe dice que Apple estará a punto de abandonar a Intel como proveedor para los chips de sus Mac y fabricarlos in-house. Apple ya diseña procesadores para otros dispositivos pero para la producción depende fuertemente de TSMC, la compañía taiwanesa que hace chips con diseños de terceros.
La mayor parte de la producción de Intel se hace en Estados Unidos. En cambio TSMC prosperó concentrando su experiencia en investigación y desarrollo y su inversión en manufactura cerca de sus fronteras.
Una parte fundamental de la cadena de suministro de electrónicos afonta gran disrupción. China todavía está lejos de concretar su aspiración de convertirse en la gran fábrica mundial de semiconductores. Pero la guerra fría tecnológica que libra con Estados Unidos podría ser el catalizador político que necesita Washington para entrar en acción.