<p>Esta gente, ya ni siquiera gana plata para sí o sus firmas. Pérdidas galácticas, rescates estatales por billones y remuneraciones escandalosas “convierten en parias a los otrora amos del universo. La imagen del banquero todopoderoso no se recobrará en cincuenta años. O sea, ya en el sexto ciclo macroeconómico”.<br />
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La “nueva vieja guardia ya no es vista como paladín del capitalismo anglosajón, reducido por esos banqueros a simple apéndice del mercado”. Wall Street atraía talentos prometiéndoles fortunas de ensueño sin pasar largas horas ante una computadora. Pero “hoy se derrumba un sistema que permitía a sus operadores quedarse con la mitad de las utilidades societarias, año a año, sin tener en cuenta los resultados en el largo plazo. Todo mientras analistas y garúes aplaudían”, subraya Burrough. <br />
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Nadie menos que el presidente de Estados Unidos calificó de vergonzoso el pago de US$ 20.000 millones en premio por las pérdidas de 2008. Precisamente, mientras los contribuyentes oblaban miles de millones para apuntalar un negocio pésimamente manejado y agobiado por quebrantos. <br />
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Barack Obama y su equipo buscan limitar a US$ 500.000 anuales por ejecutivo superior las remuneraciones en bancos y firmas rescatados por el estado federal. “Una fortuna para cualquier norteamericano –presidente inclusive-, pero mero cambio chico en Wall Street”, apunta el consultor George Ball (Sanders Morris Harris, ex Prudencial Securities). “En adelante, las cosas serán muy distintas: se percibe una irreversible tendencia contra los banqueros”.<br />
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En Wall St languidecen los amos del universo
A los gatos gordos los lleva la perrera, ironiza Bryan Burrough, coautor de un clásico, Llegan los bárbaros. Pasará mucho antes de que vuelvan las superbonificaciones, si alguna vez lo hacen. Los norteamericanos están hartos de ególatras caros.