Durante nueve meses, el mayor mercado bursátil latinoamericano -supera
a Méjico, primera economía de la región-, captó flujos
netos exógenos por más de US$ 1.400 millones. Tomando el cierre
más alto de septiembre (16.889 puntos, el 18, superado a principios de
octubre), avanzó 86% en tres trimestres y 32% durante septiembre, en dólares.
También en septiembre, el saldo positivo de inversión externa
directa sumaba US$ 265 millones, lo cual proyecta un monto anualizado de 3.180
millones. En cuanto al rendimiento enero-septiembre, supera al resto de las
bolsas mundiales. Por su parte, la media diaria del mes pasado (R 1.037 millones,
unos US$ 354 millones), fue la máxima en 2003.
Volumen, dinámica y otras características del mercado paulista
indican -a criterio de expertos en Wall Street y Londres- que está madura
para ir absorbiendo las pequeñas bolsas “periféricas”.
Empezando por Buenos Aires -donde cotizan apenas once líderes y los volúmenes
no pasan de US$ 12 a 18 millones diarios- y Montevideo.
Naturalmente, por absorber se entiende lo ocurrido ya en Estados Unidos y Brasil.
O sea, convertir las bolsas menores en paneles electrónicos, sin pisos
físicos y con un mínimo de instalaciones, personal, gastos, etc.
Durante nueve meses, el mayor mercado bursátil latinoamericano -supera
a Méjico, primera economía de la región-, captó flujos
netos exógenos por más de US$ 1.400 millones. Tomando el cierre
más alto de septiembre (16.889 puntos, el 18, superado a principios de
octubre), avanzó 86% en tres trimestres y 32% durante septiembre, en dólares.
También en septiembre, el saldo positivo de inversión externa
directa sumaba US$ 265 millones, lo cual proyecta un monto anualizado de 3.180
millones. En cuanto al rendimiento enero-septiembre, supera al resto de las
bolsas mundiales. Por su parte, la media diaria del mes pasado (R 1.037 millones,
unos US$ 354 millones), fue la máxima en 2003.
Volumen, dinámica y otras características del mercado paulista
indican -a criterio de expertos en Wall Street y Londres- que está madura
para ir absorbiendo las pequeñas bolsas “periféricas”.
Empezando por Buenos Aires -donde cotizan apenas once líderes y los volúmenes
no pasan de US$ 12 a 18 millones diarios- y Montevideo.
Naturalmente, por absorber se entiende lo ocurrido ya en Estados Unidos y Brasil.
O sea, convertir las bolsas menores en paneles electrónicos, sin pisos
físicos y con un mínimo de instalaciones, personal, gastos, etc.