lunes, 23 de diciembre de 2024

En pie de guerra el sector de la salud

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Hasta hace un par de meses de manera proactiva y gradual, y ahora por necesidad, la telemedicina llegó para quedarse.

En un entorno que ya estaba marcado por una enorme complejidad, con la llegada de la pandemia de la Covid-19, las empresas de la actividad de la salud se enfrentan hoy al desafío de una brutal aceleración para adaptar sus servicios de manera eficiente y amigable.

Las dimensiones de la pandemia no sólo están poniendo a prueba la capacidad real de los sistemas sanitarios; también la capacidad virtual.

Contar con un modelo de asistencia virtual brinda una herramienta valiosísima para la prevención, detección, seguimiento y tratamiento de casos.

El camino se allana rápidamente y esta transformación se basa en 3 pilares: 1, la evolución digital está emergiendo fuertemente, con soluciones concretas en productos y servicios; 2. la experiencia del paciente, ubicándolo en el centro del ecosistema y ofreciéndoles un modelo omnicanal; 3, la visión integral de procesos, del negocio, de las personas, del soporte, desde el back-office hasta las interacciones con el paciente.

Frente a la rapidez en la forma de contagio, se hace indispensable evitar el colapso de la infraestructura sanitaria y el distanciamiento social y, por consiguiente, desalentar las consultas presenciales innecesarias en beneficio de pacientes y profesionales.

La telemedicina encuentra en este contexto su momento de instalarse. Y viene acompañada por consulta médico-médico, monitoreo remoto con aparatología, rehabilitación a distancia con ejercicios asistidos por escaneo, prescripción electrónica de medicamentos, de prácticas, de especialidades, estudios, historias clínicas digitales y hasta centros médicos completamente virtuales.

El Gobierno y las empresas emitieron una variedad de exenciones regulatorias temporales y nuevas reglas para para responder con mayor flexibilidad a las nuevas necesidades.

 

Lo urgente y lo estratégico

 

La contracara: el enfoque está puesto en lo urgente y crítico, en la coyuntura. Los proyectos estratégicos han sido postergados o dejados de lado dada la inmediatez de las necesidades. Las soluciones muchas veces no tienen bases sólidas: los procesos se van definiendo sobre la marcha, faltan controles y la tecnología es la disponible y generalmente adaptada, los cambios culturales pueden no acompañar los cambios a la velocidad requerida tanto de parte de los usuarios como de los profesionales.

El tiempo y la posibilidad de ampliar el foco harán su parte para estructurar y fortalecer estos procesos incipientes a una nueva normalidad y capitalizar el empuje logrado.

Otro tanto pasa con los costos que se incrementan en el corto plazo debido a la mayor demanda y complejidad, pero la tendencia es a la baja por la mejora de la prevención, la detección de casos tempranos y la optimización del “cómo” de todo el proceso.

También deberá trabajarse en los perfiles del personal de salud: sus habilidades para el relacionamiento a distancia y sus capacidades para este mundo digital.

Sin duda, todo esto redundará en nuevas posibilidades y una mejor experiencia del paciente.

Bajo este paraguas, se definen cuatro frentes que consideramos vitales para estos tiempos: cuidándonos entre todos priorizando el impacto en la comunidad, adaptándonos ágilmente al entorno y asegurando la continuidad operativa, asegurando el sustento del negocio, construyendo el futuro y transformando el presente.

Actuamos hoy mientras construimos el mañana.

(*) Directora en Paradigma Sociedad de Soluciones.

 

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