El último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano sostiene que la mayor dificultad planteada por la renegociación de la deuda con los bonistas parecería estar en el cronograma de pago de intereses y no en la quita ofrecida.
“Los comités de bonistas aceptan una quita en el valor presente neto promedio de los bonos de un 45%, mientras que la nueva propuesta argentina implica una quita del 55%. Dicho de otra manera, mientras los acreedores se avienen a recuperar 55 centavos por cada dólar, el gobierno argentino sólo está dispuesto a ofrecer 45 centavos. Se trata de una diferencia de 10 centavos. No parece una discrepancia imposible de saldar”, analiza Víctor Beker, director del CENE.
Sin embargo, advierte que “el gobierno plantea comenzar a pagar en 2022, mientras los bonistas reclaman pagos a partir de 2021. Este sería el nudo de la cuestión”.
En ese contexto, el economista afirma que, “estrictamente, la Argentina entró en default el 27 de agosto del año pasado, cuando el ministro de Hacienda anunció el reperfilamiento de los bonos, ya que se entiende por default todo incumplimiento de una obligación. A partir de aquella fecha, el gobierno argentino primero modificó unilateralmente las fechas de vencimiento de distintos bonos, lo cual fue calificado como default técnico, hasta dejar de pagar lisa y llanamente obligaciones a su vencimiento.
“Transcurrido el plazo del 22 de mayo sin abonar intereses por US$ 503 millones, correspondientes a tres títulos incluidos en la oferta de canje, se dio otro paso en lo que se denominó default light, por el bajo monto involucrado y porque el gobierno ratificó su intención de llegar a un acuerdo con los acreedores”, observa el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.