domingo, 24 de noviembre de 2024

En EE.UU. la especulación inmobiliaria infla una burbuja peligrosa

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La venta de viviendas construidas marcó en junio un ritmo récord: 2,7%. A su vez, los precios habían subido 14,7% en los doce meses hasta esa fecha. Esto no ocurría desde 1980, en vísperas de una crisis del negocio, e inquieta al mercado.

En esta oportunidad, no son estadísticas oficiales, sino de una fuente privada. Según la National Association of Realtors (agentes de bienes raíces), la venta de unidades prexistentes representaba en junio una proyección ajustada de 7.330.000, contra 7.140.000 en mayo. Este total incluye casas de familia y departamentos en consorcio.

En general, los expertos especializados esperaban proyecciones similares a las de mayo. No estaban preparados para tres récords: ventas totales, ventas de casas y ventas de departamentos. “Obviamente, esto es ya una fiebre”, admitió David Lereah, analista principal de la NAR. “Es un mercado desatado, donde el precio promedio nacional de una vivienda roza los US$ 220.000”.

“Resulta llamativo que los analistas se escandalicen ante un fenóneno que viene crecienmdo desde 2003, fomentado por créditos hipotecasios por demás baratos”, apuntaba el economista Robert Kuttner. Hace pocos días, Alan Greenspan –presidente de la Reserva Federal- subrayaba ante el congreso “los riesgos de la burbuja inmobiliaria”.

Pero, como señalaba Kuttner, “nadie mueve un dedo para frenar esta locura especulativa que puede terminar en un desastre”. Por cierto, en algunos estados la misma casa se compra y revende en un solo día, lo cual demuestra que la gente no adquiere viviendas para vivir, sino para hacer diferencia.

En esta oportunidad, no son estadísticas oficiales, sino de una fuente privada. Según la National Association of Realtors (agentes de bienes raíces), la venta de unidades prexistentes representaba en junio una proyección ajustada de 7.330.000, contra 7.140.000 en mayo. Este total incluye casas de familia y departamentos en consorcio.

En general, los expertos especializados esperaban proyecciones similares a las de mayo. No estaban preparados para tres récords: ventas totales, ventas de casas y ventas de departamentos. “Obviamente, esto es ya una fiebre”, admitió David Lereah, analista principal de la NAR. “Es un mercado desatado, donde el precio promedio nacional de una vivienda roza los US$ 220.000”.

“Resulta llamativo que los analistas se escandalicen ante un fenóneno que viene crecienmdo desde 2003, fomentado por créditos hipotecasios por demás baratos”, apuntaba el economista Robert Kuttner. Hace pocos días, Alan Greenspan –presidente de la Reserva Federal- subrayaba ante el congreso “los riesgos de la burbuja inmobiliaria”.

Pero, como señalaba Kuttner, “nadie mueve un dedo para frenar esta locura especulativa que puede terminar en un desastre”. Por cierto, en algunos estados la misma casa se compra y revende en un solo día, lo cual demuestra que la gente no adquiere viviendas para vivir, sino para hacer diferencia.

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