El año ha sido desastroso para la moneda norteamericana. Su participación en las reservas de los bancos centrales del mundo cayó a 63,2% en el segundo trimestre, la más baja en cinco años. Las tenencias en el exterior de deuda del Tesoro norteamericano cayeron a 41%, la más baja en 15 años. China comenzó a comerciar el petróleo a futuro en renmimbi, desafiando la supremacía del petrodólar. Alemania , Francia, Gran Bretaña y Rusia sugirieron evitar el dólar con un mecanismo de pagos que permita seguir negociando con Irán y evitar las sanciones norteamericanas.
Y sin embargo, según el Financial Times, es muy probable que el Rey Dólar no sea destronado. Lo protege la frase que inmortalizó Margaret Thatcher: “No hay alternativa”. Va a ser muy difícil que los inversores depositen su confianza en el euro cuando dudan de que sobreviva la eurozona. A la moneda china le falta mucho para convertirse en reserva de los bancos centrales del mundo: no flota libremente, la política monetaria es impredecible mientras la economía y el sistema financiero de China no son abiertos.
El dólar está protegido además por el retorno de Estados Unidos a la posición de gran productor de petróleo. El mundo compra y vende petróleo en dólares: US$ 2 billones en 2017.
Finalmente, el inmenso privilegio de tener la moneda de reserva le permite a Estados Unidos tomar préstamos por encima de sus posibilidades y además, baratos.
