viernes, 13 de diciembre de 2024

El ritmo de siembra más lento en la historia local

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El clima seco pone en jaque el cumplimiento de las exportaciones ya aprobadas. “Al mismo tiempo, el fin del dólar soja genera un reacomodamiento de precios. Muchos vendieron disponible para recomprar en el término, y ahora están dando vuelta las posiciones”.

Finalizado el dólar soja, Dante Romano, profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, pone foco en lo que se viene en cuanto a los precios y la preocupación por el clima.

“El clima seco lleva al ritmo de siembra más lento de la historia en Argentina. Esto hace pensar que tendremos poco maíz temprano y sus cotizaciones se disparan”, comienza Romano y agrega: “Al mismo tiempo, el fin del dólar soja genera un reacomodamiento de precios. Muchos vendieron disponible para recomprar en el término, y ahora están dando vuelta las posiciones”.

A nivel internacional, el trigo está atrapado por mayor producción y demanda a la baja por la situación macro, mientras que en Argentina el clima seco reduce la producción y sus precios se disparan.

Romano profundiza: “Las condiciones secas están poniendo en jaque al trigo local, donde la producción amenaza con no ser suficiente para las exportaciones ya autorizadas y el consumo interno”.

Sin embargo, el académico de la Universidad Austral plantea una alternativa como solución: “Las dificultades para originar trigo pueden hacer que a los exportadores les convenga negociar con el gobierno la anulación de los permisos de exportación tomados”.

Por otro lado, la seca también atrasa la siembra de maíz temprano, donde se espera gran paso a tardío y soja. “Esto apuntala precios disponibles y de abril 2023, mientras que julio se debilita”, explica Romano.

Sobre el dólar soja, que terminó la semana pasada, Romano lo califica de “exitoso”, ya que se estiman más de 14.000 millones de toneladas de soja vendidas, con ingreso de divisas por casi US$ 7.000 millones asociados a estos negocios.

“Aunque el BCRA sólo logró capturar la mitad de las mismas en reservas”, señala el profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales y añade: “El lado negativo de esto es que el productor quedó con una gran liquidez que aprovechó para pagar insumos y cuentas pendientes, y en menor medida para dólar MEP mientras pudo hacerlo. Pero ahora no necesita financiamiento, por lo que las nuevas ventas podrían ser esquivas”.

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