El reciente resultado electoral en Argentina consolidó las expectativas de gobernabilidad y produjo un reacomodamiento financiero inmediato, según el análisis de Emilio Botto, jefe de Estrategia de Mills Capital Group. Esta reacción incluyó una compresión del riesgo país y un fuerte repunte de los activos locales.
El índice MERVAL se destacó como protagonista de la semana, con un avance del 44 % en pesos y 50 % en dólares, alcanzando los 2.000 puntos en USD. Sin embargo, a pesar del rebote, el índice aún muestra una variación negativa del 6 % en lo que va del año, lo que refleja el impacto acumulado de la volatilidad local. Frente a la región, el equity argentino mantiene un rezago respecto del EWZ de Brasil (+41 % YTD), el EEM (+16 %) y el S&P 500 (+19 %), mostrando una recuperación aún incipiente en comparación con otros mercados.
Más allá del aumento de precios, el mercado permanece atento a los fundamentos. El nivel de reservas internacionales sigue siendo una variable crítica, mientras que el contexto político más estable y las medidas de normalización del Banco Central (BCRA) abren una ventana para recomponer balances y sostener la calma cambiaria. El tono constructivo se apoya en tres pilares: continuidad del orden fiscal, evolución de las reservas y expectativa de avances legislativos que otorguen anclaje a las reformas.
El reacomodamiento reciente generó un efecto cascada en los flujos de inversión. Cuando hay un cambio abrupto en las condiciones de mercado, los inversores migran desde activos ilíquidos hacia los de mayor liquidez: primero a la renta fija, luego a bonos soberanos y corporativos de primer nivel, después a los de menor calificación crediticia y, finalmente, a acciones más líquidas.
A medida que este proceso se agota, el desafío pasa a ser la selectividad: identificar qué activos todavía tienen recorrido y cuáles ya ajustaron su precio por efecto arrastre, según el análisis de Mills Capital Group.












