domingo, 22 de diciembre de 2024

El propio Indec se contradijo con el saldo comercial

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Las exportaciones son menores en el informe de Base Usuaria que en el de Intercambio Comercial Argentino (ICA), ambos del Indec, lo que deja al descubierto que el saldo comercial oficial fue sobrestimado, según Ecolatina.

Todos los meses, el INDEC publica el Informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA), que provee información acerca de la balanza de bienes de nuestro país. Pero además existe otra publicación, conocida como Base Usuaria, que el instituto elabora para quienes deseen información más desagregado (por posición arancelaria, país de origen o destino, aduana). Según el Informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA), el saldo comercial ascendió a US$ 73 millones en enero de 2015, producto de exportaciones por US$ 4.300 millones e importaciones que totalizaron los US$ 4.200 millones, advirtió la consultora Ecolatina.

 

Si bien las ventas al exterior se contrajeron 17,9% i.a., las compras descendieron aún más (-18,8% i.a.), lo cual permitió una leve mejora respecto del saldo de enero de 2014. Sin embargo, la información provista por la Base Usuaria mostró un panorama distinto. Según estas estadísticas, las exportaciones de enero de 2015 fueron de solamente US$ 3.700 millones, 12,4% menos que los US$ 4.200 millones que la Base Usuaria había arrojado en enero del año pasado.

 

Las importaciones publicadas en esta base de datos no mostraron divergencias respecto de los datos publicados en el ICA, por lo que el saldo comercial del primer mes del año fue deficitario en US$ 520 millones, en contraste con el leve superávit informado por el ICA (US$ 73 millones). Si tenemos en cuenta que la Base Usuaria había arrojado un déficit de US$ 970 millones en enero de 2014, el dato del mes pasado implica una mejora (el rojo de la balanza comercial se redujo a la mitad). Sin embargo, cabe preguntar: si ambos datos provienen de la misma fuente ¿por qué ahora hay una discrepancia tan elevada? Más importante aún, ¿cuál es la cifra correcta y qué explica la fuerte diferencia en las exportaciones acumulada entre 2013 y 2014? La sobrestimación, también visible en el MULC Tanto en 2013 como el año pasado surgieron diferencias sustanciales entre la Base Usuaria y el ICA, provistas ambas por el INDEC.

 

Más aún, a principios del año pasado, el ICA declaró un saldo de US$ 9.000 millones para 2013 mientras que la Base Usuaria arrojó un superávit de tan sólo US$ 295 millones.

 

Como las importaciones de ambas publicaciones prácticamente no mostraron diferencia, la divergencia se dio por el lado de las exportaciones.

 

En un primer momento, éstas habían trepado a US$ 83.000 millones según el ICA (+2,2% i.a.), mientras que las exportaciones de la Base Usuaria habían caído a US$ 74.300 millones (-8,5% i.a.). Si bien al cabo de un par de meses el INDEC corrigió a la baja las exportaciones del ICA (que subieron sólo 0,6% i.a. alcanzando US$ 81.600 millones), y al alza las ventas externas de la Base Usuaria (que cayeron únicamente 5,6% i.a., totalizando US$ 76.000 millones), la brecha entre ambas publicaciones siguió siendo considerable.

 

Entonces, la sobrestimación de las exportaciones se ubicó en US$ 5.000 millones. Dicha distorsión se trasladó al superávit comercial de 2013: US$ 8.000 M según el ICA contra US$ 3.000 millones de la Base Usuaria. El problema es que lo que parecía ser una excepción se repitió el año pasado.

 

Las exportaciones informadas por el ICA fueron US$ 4.500 millones superiores. Según la Base Usuaria, las ventas al exterior totalizaron US$ 67.400 millones, pero el ICA publicó una cifra de US$ 72.000 millones.

 

Como en 2013, las importaciones no sufrieron sobrestimación alguna, y el año pasado ambas totalizaron US$ 65.200 millones. De esta manera, por segundo año consecutivo el saldo comercial fue notablemente inferior según la Base Usuaria.

 

Según esta fuente, en 2014 el superávit comercial ascendió a US$ 2.200 millones, frente a los US$ 6.700 millones publicados en el ICA.

 

Creerle a Base Usuaria La información de la Base Usuaria del comercio exterior parecería ser más completa, y por ende reflejaría mejor la evolución del saldo comercial.

 

Por lo que sería el ICA, que tiene mayor difusión entre la prensa, el comunicado que presenta mayores distorsiones.

 

Una forma de corroborar que la Base Usuaria ofrece el dato más relevante es comparándola con la información del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) que elabora el BCRA. A diferencia de la Base Usuaria o del ICA, que registran las exportaciones e importaciones según éstas se hayan embarcado o presentado los despachos a plaza correspondientes, el MULC registra solamente aquellas operaciones de comercio exterior que hayan sido pagadas o liquidadas en el mercado formal.

Es decir que la información que publica el INDEC es base devengado, mientras que la que aporta el BCRA es base caja. Esto tiene una implicancia fundamental: en el corto plazo pueden existir diferencias entre el INDEC y el BCRA.

 

Por caso, los importadores tienen deuda flotante con sus proveedores del exterior (la mercadería extranjera que ingresa al país puede aún no haber sido pagada), mientras que los exportadores pueden recibir prefinanciación para futuras ventas que aún no se han concretado, o demorarse en liquidar las divisas que reciben en concepto de pago. Sin embargo, en plazos más largos, los números del INDEC y del BCRA terminan convergiendo: las deudas de los importadores han de ser canceladas, mientras que los exportadores están obligados a vender los productos que sus clientes ya han pagado, y liquidar en el mercado formal el fruto de dichas operaciones. Sumando 2013 y 2014, la diferencia entre las exportaciones del MULC y las de la Base Usuaria fue de solamente US$ 760 millones, y la discrepancia en las importaciones totalizó US$ 100 millones. Los datos anuales sí muestran diferencias marcadas, pero en el acumulado la brecha entre las cifras de la Base Usuaria y el MULC es mínima. Por el contrario, comparando el ICA con el MULC, podemos ver nuevamente que la diferencia acumulada de las exportaciones (sobrestimación) totalizó US$ 8.800 millones en esos años. Las diferencias entre las cifras de la Base Usuaria e ICA por grandes rubros de exportación se repartieron en forma más o menos pareja entre Productos Primarios, Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) y de Origen Industrial (MOI). Por caso, las ventas de Productos Primarios estuvieron sobrestimadas por el ICA en aproximadamente US$ 1.000 millones tanto en 2013 como en 2014, explicando poco más de 20% de la discrepancia total.

 

Los productos que mayores diferencias mostraron fueron cereales y semillas y frutos oleaginosos, aquellos que más peso tienen en el rubro. Asimismo, al comparar las MOA informadas por el ICA respecto a la Base Usuaria se encuentra una brecha de casi US$ 2.000 millones, un 40% de la discrepancia total. Residuos y desperdicios de la industria alimenticia (básicamente, producción de *pellets *y harina de soja) explican casi la mitad de la sobrestimación del rubro. Por último, Las MOI explicaron 40% de la brecha de las exportaciones entre Base Usuaria e ICA, con material de transporte terrestre (exportación de vehículos automóviles) a la cabeza. En 2014, el único rubro que no fue sobrestimado fue combustibles y energía.

De hecho, el ICA informó exportaciones por un valor menor al que anunció la Base Usuaria. Mientras el informe público del INDEC exhibió en 2014 ventas de energía por US$ 4.400 millones, la base de datos paga sumó US$ 4.600 millones. Sin sobrestimación no hay superávit Se puede concluir que el ICA sobreestima la performance de las exportaciones, algo que también se observa en estadísticas de actividad. Inflar el valor de las ventas externas permite mostrar un superávit comercial más robusto que el efectivo. Esto significa que la restricción externa es más fuerte de lo que parece cuando se miran las cifras del ICA, ya que el fuerte superávit de la agroindustria apenas alcanza para compensar el déficit energético y el rojo industrial.

 

Más aún confirma que si el gobierno no hubiera frenado las importaciones durante 2014, o si la economía no hubiera estado en recesión, el superávit comercial indudablemente se habría evaporado. La solución a la restricción externa no reside en maquillar el valor de las ventas externas, sino en buscar la manera de apuntalarlas (revertir el atraso cambiario, reducir la presión tributaria, mejorar la productividad y la infraestructura).

 

De hecho, según la base usuaria, tras el pico alcanzado en 2011, las exportaciones acumulan tres años consecutivos de caída.

 

La racha no se cortará en 2015: por caída de precios internacionales, mayor atraso cambiario y acopio: las exportaciones se ubicarán U$S 20.000 millones por debajo de 2011.

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