Estados Unidos y otros países productores cierran filas con la OPEP y Rusia para tomar todas las medidas que sean necesarias para estabilizar una industria energética devastada por la pandemia del coronavirus.
Con el cierre de las economías más grandes del mundo cayó casi un tercio la demanda de petróleo y los precios a su nivel más bajo en 18 años. Eso hace peligrar millones de empleos en el sector energético y daña la oferta de largo plazo.
El viernes por la mañana la OPEP y Rusia sellaron un acuerdo para recortar 10 millones de barriles diarios de la oferta global con el fin de apuntalar el mercado global.
El comunicado de la reunión del G20 dice que los miembros “se comprometerían a tomar todas las medidas necesarias e inmediatas para asegurar la estabilidad del mercado energético”. En un borrador anterior el comunicado contenía la frase “ sea lo que sea”, pero luego fue eliminada.
Seamus O’Reagan, ministro de Energía de Canadá, dijo luego de la reunión que “La industria ha sufrido muchos golpes a lo largo de su historia, pero ninguno como el que estamos viendo hoy. Espero que [el acuerdo] ayude a restaurar parte de la muy necesaria estabilidad”.
