Las autoridades de los Países Bajos habían presentado el Brexit como una especie de monstruo que demoraría el transporte de los embarques a Inglaterra y dificultaría las reuniones empresariales. Sin embargo, desde que Gran Bretaña dejó el mercado único hace nueve semanas ha sido más una oportunidad que una obstrucción para los Países Bajos. Amsterdam se vio más favorecida que los grandes centros bancarios como Fráncfort o París.
Amsterdam ya desplazó a Londres como el gran centro financiero europeo. La capital financiera holandesa también ha recibido más de 20% del mercado europeo de intercambios (swaps) y más de US$ 160.000 millones de deuda soberana que negocian los mercados. Esa transferencia será complementada en junio, cuando el mercado de las emisiones de carbono también se traslade a Amsterdam.
No obstante, Stéphane Boujnah, CEO de Euronext, dueña de la Bolsa de Amsterdam, llama a esta movida “una interesante llamada de atención” que señala la necesidad de un cambio más profundo. “Londres es un gran centro financiero que intenta atraer flujos globales para financiar la economía británica o proyectos globales, pero ya no es más el centro financiero de la Unión Europea”, dice. En el largo plazo, él cree que París puede desempeñar ese rol.
No obstante, la posibilidad de que Amsterdam pueda dar la sorpresa y aprovechar estas primeras conquistas depende tanto de las autoridades que han adoptado una posición dura sobre pagos y bonos bancarios como de la respuesta de los otros grandes centros financieros de Europa-