Si bien asegura que el crecimiento económico seguirá siendo lento, el informe describe una dramática mejora en las condiciones financieras, gracias –en parte- a los cambios políticos realizados para calmar a los mercados en Europa.
El más reciente informe –que el Banco Mundial hace público dos veces por año- indica que la economía global creció 2,3% en 2012 y que el crecimiento para 2013 será de 2,4%. En 2015 alcanzaría un nivel de 3,3%. Los países en desarrollo fueron responsables por más de la mitad del crecimiento y seguirán siendo el motor del crecimiento económico mundial, aunque el aumento de la actividad económica será mayor en los países desarrollados. Los países en desarrollo crecieron 5,1% en 2012 y lo harán en 5,8% en 2015.
“Cuatro años después de la crisis, los países de altos ingresos aún están dando batallaâ€, sostiene Adrew Burns, citado por el New York Times. “Los países en desarrollo necesitan responder a este ambiente difícil buscando reforzar su potencial para lograr un crecimiento sustentable y no mediante políticas de estímulo monetario y fiscalâ€.
Los expertos del Banco Mundial sostienen que los países en desarrollo han estado actuando a la defensiva. Han desarrollado políticas de corto plazo respondiendo a las condiciones volátiles surgidas en Estados Unidos y Europa.
En Europa las condiciones para el crédito se han aliviado significativamente desde que el Banco Central Europeo, presidido por Mario Draghi, se embarcó en un programa de compra de bonos. El crecimiento ha empezado a notarse en Estados Unidos, tras ciertas dificultades causadas por las elecciones y el “abismo fiscal†(a medias resuelto hace apenas quince días).
Los economistas del Banco Mundial creen que los países en desarrollo deben enfocarse más en sus problemas domésticos. Es decir, realizar más inversiones en infraestructura, educación, salud, en vez de pensar en estímulos de corto plazo.
De cualquier manera, el informe dice que todavía persisten riesgos importantes, especialmente en lo que se refiere a la crisis de la deuda europea, incertidumbres sobre el futuro fiscal de Estados Unidos, una caída de la inversión en China y el probable aumento de los precios del petróleo.