El aumento de solicitudes no impidió que varios analistas bursátiles saliesen a hablar de “nuevas señales de reactivación”. Sólo porque la cifra de nuevos pedidos (366.000) sigue distante del “techo psicológico” (400.000).
En cuanto al déficit comercial, el mercado –haciéndose eco del libreto oficial- le echó la culpa a China. Pero el problema de fono es que, con un dólar barato en yenes y un euro caro en dólares, las exportaciones norteamericanas no repuntan como debieran.
Wall Street tenía desde hace una semana indicios acerca del déficit en balanza comercial, de ahí las bajas registradas hasta el martes en los principales indicadores accionarios. No contaba, en cambio, con números laborales negativos.
En ese clima, algunos funcionarios prometían “nuevos signos de reactivación económica”. En las condiciones actuales, sin una solución definitiva para Irak (ni la ola de terrorismo en Levante), los estrategas de la reelección ponen cada vez fichas en los mercados y sus inversores.
“Si el D-J industrial recobra los 11.000 puntos logrados en abril de 2000 y los sobrepasa, de ahora a mediados de 2004, George W.Bush será presidente hasta 2004”, sostienen gurúes como Timothy Collins (Ripplewood Holdings) o Trevor Harrisd (Morgan Stanley).
El aumento de solicitudes no impidió que varios analistas bursátiles saliesen a hablar de “nuevas señales de reactivación”. Sólo porque la cifra de nuevos pedidos (366.000) sigue distante del “techo psicológico” (400.000).
En cuanto al déficit comercial, el mercado –haciéndose eco del libreto oficial- le echó la culpa a China. Pero el problema de fono es que, con un dólar barato en yenes y un euro caro en dólares, las exportaciones norteamericanas no repuntan como debieran.
Wall Street tenía desde hace una semana indicios acerca del déficit en balanza comercial, de ahí las bajas registradas hasta el martes en los principales indicadores accionarios. No contaba, en cambio, con números laborales negativos.
En ese clima, algunos funcionarios prometían “nuevos signos de reactivación económica”. En las condiciones actuales, sin una solución definitiva para Irak (ni la ola de terrorismo en Levante), los estrategas de la reelección ponen cada vez fichas en los mercados y sus inversores.
“Si el D-J industrial recobra los 11.000 puntos logrados en abril de 2000 y los sobrepasa, de ahora a mediados de 2004, George W.Bush será presidente hasta 2004”, sostienen gurúes como Timothy Collins (Ripplewood Holdings) o Trevor Harrisd (Morgan Stanley).