En primer lugar, a pesar de cierto pesimismo persistente en el mercado, las empresas están obteniendo buenos resultados. Los retos de la pandemia han reforzado su resistencia, y los directivos se han vuelto expertos en gestionar la inflación, adoptar tecnología para mejorar la productividad y asignar capital para alcanzar objetivos a largo plazo. En junio, el Índice de Confianza de los CEO alcanzó su nivel más alto en más de un año.
El segundo factor que impulsa la posible aceleración económica: la dinámica de la mano de obra, que beneficia tanto a las empresas como a los trabajadores. En la era post-pandémica, los trabajadores han adquirido más poder, con un mercado laboral ajustado que produce salarios más altos y más oportunidades de empleo. Al mismo tiempo, las empresas hacen hincapié en la continuidad de la mano de obra y valoran más una plantilla estable y formada.
La tecnología de la información también ha ayudado a las empresas a pulir sus márgenes de beneficios y a gestionar la volatilidad, lo que, a su vez, ha contribuido a reducir la presión de los costos. Hoy en día, empresas como Walmart y Target pueden cambiar la selección de existencias en función de la demanda en tiempo real. Las órdenes de compra que antes tardaban días o semanas ahora pueden tardar sólo unos minutos. Como resultado, las empresas pueden gestionar mejor sus gastos, inventarios y riesgos. Todo ello beneficia a la mano de obra porque reduce la necesidad de drásticas reducciones de plantilla.
El cuarto factor es la fortaleza sostenida del gasto de los consumidores. Desde 2019, las fuerzas del mercado y las decisiones políticas inteligentes han apoyado y fortalecido a los consumidores. La ayuda gubernamental de la era de la pandemia ayudó a apuntalar la salud económica de los estadounidenses. Los salarios reales crecieron entre 2019 y 2022, y el mayor crecimiento tuvo lugar en la parte inferior de la distribución salarial. Ese crecimiento salarial se ha mantenido constante y ha eclipsado la tasa de inflación. Los saldos de efectivo de los hogares también siguen siendo elevados, lo que impulsa el crecimiento continuo del gasto incluso frente a precios más altos.
El quinto factor es el papel que desempeñan las fusiones y adquisiciones orientadas a la innovación en la consecución de un crecimiento a más largo plazo. Históricamente, los objetivos de las fusiones y adquisiciones eran el volumen, los nuevos productos y mercados y, sí, la racionalización de costos. Más recientemente, la lógica estratégica se ha desplazado hacia el fortalecimiento del motor de innovación de una empresa. Se ha hecho hincapié en el marketing selectivo, la mejora de la cadena de suministro, las nuevas rutas de distribución de productos y la mejora de la huella de fabricación. Una serie de empresas minoristas, por ejemplo, han adquirido tecnología avanzada de distribución y entrega en el mismo día.