En otras palabras, ahora los mercado vislumbras una perspectiva inquietante: estancamiento. Así, el PBI avanzó a razón de apenas 1,3% anual en el primer trimestre, exiguo nivel que nadie esperaba. Mucho menos , los gurúes de Wall Street, mesmerizados por el alza de paneles accionarios.
La cifra de enero-marzo es casi la mitad de la marcada en el IV trimestre de 2006 (2,5% anual, en sí nada espectacular). Tampoco llegó al módico 1,8% pronosticado por los analistas bursátiles. El silencio de medios y espacios asociados a la especulación, respecto de ese 1,3%, lo dice todo. Una de las causales es el gasto del público, que comienza a agrietarse debido al alza de combustibles en Estados Unidos.
Durante el primer trimestre de 2006, el PBI ascendía a razón de 4,2% anual (no el desaforado 5,6% que dibujaban en Wall Street). Después sobrevinieron el desinfle de la burbuja inmobiliaria y la crisis de hipotecas usurarias, a la cual algunas firmas de valores y varios analistas tratan de quitarle relevancia. Entretanto, el gasto familiar se contrajo 15% en enero-marzo, tras haberlo hecho 19,8% en el IV trimestre de 2006 y 18,7% en el tercero. Sorprende que semejantes estadísticas hayan quedado en segundo plano.
En otras palabras, ahora los mercado vislumbras una perspectiva inquietante: estancamiento. Así, el PBI avanzó a razón de apenas 1,3% anual en el primer trimestre, exiguo nivel que nadie esperaba. Mucho menos , los gurúes de Wall Street, mesmerizados por el alza de paneles accionarios.
La cifra de enero-marzo es casi la mitad de la marcada en el IV trimestre de 2006 (2,5% anual, en sí nada espectacular). Tampoco llegó al módico 1,8% pronosticado por los analistas bursátiles. El silencio de medios y espacios asociados a la especulación, respecto de ese 1,3%, lo dice todo. Una de las causales es el gasto del público, que comienza a agrietarse debido al alza de combustibles en Estados Unidos.
Durante el primer trimestre de 2006, el PBI ascendía a razón de 4,2% anual (no el desaforado 5,6% que dibujaban en Wall Street). Después sobrevinieron el desinfle de la burbuja inmobiliaria y la crisis de hipotecas usurarias, a la cual algunas firmas de valores y varios analistas tratan de quitarle relevancia. Entretanto, el gasto familiar se contrajo 15% en enero-marzo, tras haberlo hecho 19,8% en el IV trimestre de 2006 y 18,7% en el tercero. Sorprende que semejantes estadísticas hayan quedado en segundo plano.