Hace un año, todavía las cuentas cerraban en positivo: US$ 2.800
millones. Todavía no se alcanza el déficit de US$ 33.200 millones
registrados hace años; también por una gestión ofertista,
la de George Bush padre, proclive a bajarles impuestos a quienes más
ganaban. Sólo que, en esta "remake", los gastos militares
suben velozmente y son causa básica del rojo fiscal.
Entretanto, de acuerdo con la misma fuente oficial, la economía física
creció en el II trimestre a un quinto del ritmo alcanzado de enero a
marzo. Por el contrario, el desempleo urbano se acerca a máximos, también
desde 1994. "Un ataque contra Iraq podría duplicar de pronto los
gastos militares", advertía días atrás Brent Scowcroft,
hombre de confianza -justamente- de Bush padre. En privado, Henry Kissinger
y Colin Powell (secretario de Estado, todavía) temen lo mismo.
"Una clave del vigor económico logrado en 1992/2000 era la convicción
de que las cuentas fiscales estaban en orden. Hoy es muy distinto. Varios componentes
de la reactivación se esfuman y la tendencia a un creciente déficit
puede ser fatal", sostiene Wrightson Associates, una firma econométrica
de Nueva York.
Entretanto, cuarenta analistas consultados por Bloomberg´s prevén
un déficit bastante cercano a los US$ 31.000 millones este mes.
Hace un año, todavía las cuentas cerraban en positivo: US$ 2.800
millones. Todavía no se alcanza el déficit de US$ 33.200 millones
registrados hace años; también por una gestión ofertista,
la de George Bush padre, proclive a bajarles impuestos a quienes más
ganaban. Sólo que, en esta "remake", los gastos militares
suben velozmente y son causa básica del rojo fiscal.
Entretanto, de acuerdo con la misma fuente oficial, la economía física
creció en el II trimestre a un quinto del ritmo alcanzado de enero a
marzo. Por el contrario, el desempleo urbano se acerca a máximos, también
desde 1994. "Un ataque contra Iraq podría duplicar de pronto los
gastos militares", advertía días atrás Brent Scowcroft,
hombre de confianza -justamente- de Bush padre. En privado, Henry Kissinger
y Colin Powell (secretario de Estado, todavía) temen lo mismo.
"Una clave del vigor económico logrado en 1992/2000 era la convicción
de que las cuentas fiscales estaban en orden. Hoy es muy distinto. Varios componentes
de la reactivación se esfuman y la tendencia a un creciente déficit
puede ser fatal", sostiene Wrightson Associates, una firma econométrica
de Nueva York.
Entretanto, cuarenta analistas consultados por Bloomberg´s prevén
un déficit bastante cercano a los US$ 31.000 millones este mes.