<p>Por supuesto, el Europarlamento (Estrasburgo) ve la mano del Bundesbank (Fráncfort) y de Alemania misma tras esa iniciativa de Jean-Claude Trichet. También el gobierno español se alarma ante un programa nada compatible con el récord de 20,5% registrado en el desempleo de esa economía.<br />
<br />
Con sospechosa prisa, este domingo los emisores claves de la Eurozona –germano, holandés, francés, italiano, danés- se manifiestan dispuestos a tomar bonos ibéricos para detener el deterioro del euro o, peor, su licuación como divisa válida. El presente encuentro del Eurogrupo (ministros financieros de la zona, manejados por otro ortodoxo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker) secundará la propuesta del Bundesbank.<br />
<br />
Todo debiera converger en un “fondo anticrítico” para sanear las cuentas de varios países. El BCE ha hecho saber que hará punta, como ya lo hiciera en agosto de 2007 y mediados de 2009, aunque con pobres resultados. En ambas ocasiones, un grupo de europarlamentarios sugirió la renuncia de Trichet por falta de ideas nuevas.<br />
<br />
Esta especie de intervención en las finanzas de tres países (Grecia, Portugal, España) debiera acelerar las reformas pro mercado en Atenas y ciertas medidas similares en Lisboa y Madrid. Paralelamente, la Eurozona comprará en el mercado títulos de los gobiernos en aprietos.<br />
<br />
A primera vista, el plan excluye la participación de la Reserva Federal estadounidense en acciones conjuntas sobre la plaza cambiaria. No obstante, el sábado Barack Obama daba a entender que cooperaría con Bruselas en esfuerzos para defender el euro. Algunos analistas tampoco descartaban un papel para Japón. <br />
</p>
Duro esquema del Bundesbank para frenar la especulación
En pos de un papel más activo en la crisis de endeudamiento, no sólo la griega, el BCE les comprará bonos y títulos públicos a Portugal y España. Pero les exigirá, como contrapartida, medidas ortodoxas que creen más desempleo y arriesguen resistencia social.